Para finales de los años 70, las dos editoriales principales de comics en Estados Unidos eran DC y Marvel. La mayoría de las grandes habían desaparecido y sólo quedaban alguna que otra de no tan gran magnitud. Por el mismo motivo, era natural que los lectores de ambas quisieran ver peleas improbables, como la que recordamos hoy: Batman contra Hulk.
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En 1975 se produjo la primera colaboración entre “las dos grandes”, que constó de un especial para la MGM de Wizard of Oz. Esto abrió la puerta para futuras colaboraciones, que iniciaron en 1976 con el primer encuentro entre los dos emblemas de sus compañías: Superman y Spider-Man. Aquí te dejo un enlace con una de esas notas:
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El experimento resultó tan bien, que ambos héroes volvieron a cruzar camino en 1981 con un segundo crossover. En esa ocasión, se incluyó a otros dos héroes que contaban con sus propios programas de televisión y que las editoriales deseaban promocionar: Wonder Woman y The Incredible Hulk.
Después de los dos encuentros, la relación entre compañías se encontraba en un lugar óptimo. La recepción por parte de los fans fue mejor de lo esperada y las ventas, excelentes.
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El intenso trabajo valía la pena ya que se debía alcanzar un equilibrio casi imposible, pues los personajes debían aparecer exactamente en la misma proporción y en la misma cantidad de paneles. Ninguno podía parecer más débil que el otro.
Mientras se encontraba en producción el segundo crossover, DC y Marvel decidieron hacer un nuevo encuentro, el de Batman y The Incredible Hulk.
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Como Superman and Spider-Man fue publicado en un comic de Marvel: Marvel Treasury Edition #28, era natural que el siguiente se realizara dentro de una publicación de DC Comics. Así fue que Batman vs. the Incredible Hulk apareció en las páginas de DC Special Series #27, también en formato extra grande (llamado Treasury Edition) como su predecesor. Y, coincidentemente, también fue su último número.
Si somos realistas, una pelea entre Batman y Hulk suena desproporcionada (tal como una entre Superman y Spider-Man). El Hombre Murciélago, pese a ser un gran atleta y uno de los detectives más brillantes, no estaba al nivel de fuerza de Hulk. Desde entonces, ambos han incrementado considerablemente su fuerza o sus recursos, más en ese tiempo, ni Hulk era tan poderoso, ni Batman tan sofisticado.
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El equipo creativo encargado de narrar la pelea, logra entregar una historia creíble, emocionante e impecable a nivel de producción. Basta con ver los nombres de los involucrados: Len Wein, cocreador de personajes como los nuevos X-Men, se encargó de la historia.
En la cuestión artística, el responsable fue el dibujante español, José Luis García-López, quien fue encargado de diseñar algunas de las imágenes definitivas de los héroes de DC para proyectos de mercadotecnia y publicidad, estableciendo su visión durante más de dos décadas, ejerciendo una importante influencia sobre generaciones de futuros artistas.
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El entintador de los lápices de López fue Dick Giordano, quien también fungió como editor. Además, Allen Milgrom y Jim Shooter intervinieron en la cuestión editorial para llegar a ese cuasi imposible equilibrio.
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Los villanos fueron The Joker (por parte de DC) y The Shaper of Worlds (por parte de Marvel). Este último, no ha tenido prominencia desde entonces en los comics de Hulk o algún otro héroe de Marvel.
El detalle minucioso en el trabajo de García López lo posiciona como uno de los mejores trabajos de la época y un comic obligado en las colecciones. Cada panel (o viñeta) es hipnótico y digno de analizar.
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La combinación que no sabíamos que queríamos, la de Hulk y Batman, cumple 40 años de haberse realizado, el 24 de septiembre de 1981.
