En la década de los ‘90s, los superhéroes más famosos tenían varios comics para satisfacer la demanda de sus lectores y coleccionistas. A su vez, las editoriales experimentaban con formatos y distintos conceptos. Así llegó el cuarto título de Batman, un tanto más oscuro y titulado adecuadamente, “La sombra del murciélago”.
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Batman: Shadow of the Bat se estrenó el 26 de mayo de 1992 y tuvo a un importante equipo creativo que ya había hecho grandes historias en los comics de El Hombre Murciélago, el escritor Alan Grant y el dibujante Norman Breyfogle. Ambos habían participado en Batman y Detective Comics. Te presento una nota con una de sus historias:
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DC quería contrarrestar el impacto de Image Comics y su inminente debut, además de la competencia habitual con Marvel. Sus dos personajes principales en ventas eran Superman y Batman. El primero ya contaba con 4 comics al mes y Batman solo tenía tres, los dos mencionados en el párrafo anterior y Legends of the Dark Knight, estrenado en octubre de 1989 como “el primer comic de Batman en solitario desde 1940”.
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Con cuatro distintas revistas mensuales, los lectores podrían leer una aventura distinta de Batman cada semana (a menos que el mes tuviera 5 semanas, lo que siempre ha constituido un obstáculo de logística).
Por su parte, Marvel había tenido éxito con un comic de Spider-Man en tonalidad más oscura, que había sido estrenado en 1990, escrito y dibujado por Todd McFarlane, pero quien se había unido a la alineación de Image con su comic Spawn, que estaba por ser estrenado (en junio de 1992).
Si un personaje se prestaba para lo oscuro, era Batman.
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DC lanzó el nuevo título en un formato 50 centavos de dólar más caro, pero con las ventajas de una mejor impresión y calidad. Esto acentuaba la atención en el arte y restaba limitaciones de producción.
El comic en sí, no tendría una continuidad como tal, sino que se compondría de varias historias relatadas en varias partes, con inicio y final. Una vez que terminaba una, comenzaba otra que no tenía relación directa. Los dibujantes también serían móviles con el fin de generar distintas atmósferas, según lo requiriera la historia. Para ilustrar la historia de lanzamiento de 4 partes, se asignó al dibujante más famoso de Batman en ese tiempo, Norm Breyfogle.
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Batman: Shadow of the Bat #1 se vendió en dos ediciones, la regular y otra en bolsa sellada, muy famosas en este entonces y que tendrían su pico de popularidad con Superman #75, “La muerte de Superman” y su embolsado negro. La edición especial, de 2.50 dólares, contenía dos posters hechos por Brian Stelfreeze; también, un separador de libros, un plano del Arkham y un poster desplegable (o pop-up) del asilo.
Shadow of the Bat fue uno de los últimos proyectos de Breyfogle en DC Comics. Ilustró el one-shot, Batman: Birth of the Demon, con el escritor Denny O’Neil, además de dibujar un par de números más en Batman (#492 y #493, de marzo de 1993) y uno de Detective Comics (también de marzo de 1993).
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Breyfogle ilustró la serie de cuatro partes y el siguiente número, de una sola entrega. Posteriormente, Breyfogle y Grant se reunieron en Batman: Shadow of the Bat #13 (abril de 1993) y el dibujante miggró a Malibu Comics, que deseaban lanzar un universo de comics similar al de Image, llamado Ultraverse. En esa editorial, Breyfogle cocreó el título Prime, de junio de 1993. La pareja se reuniría nuevamente en varias ocasiones en Shadow of the Bat.
Grant escribió el título hasta el número 82, de diciembre de 1998 (además de encargarse de otros comics de DC). Le siguieron escritores como Bob Gale, Devin Grayson, Ian Edginton, Larry Hama y Greg Rucka.
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Shadow of the Bat concluyó con la edición 94, de diciembre de 1999, con la reestructura de comics de Batman al finalizar la serie “No Man’s Land”.
La historia (y el nuevo título) llamó enormemente la atención cuando se dio a conocer. Se titula “The Last Arkham” y habla, precisamente, de la familia Arkham, en específico del director del asilo conocido por resguardar a los criminales más peligrosos y enfermos de Gotham.
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El relato también nos trajo la primera aparición de un homicida serial, que se tatúa una marca en el cuerpo cada vez que asesina a una víctima (47 conocidas hasta ese momento, aunque se presume que podría ser el doble). Mr. Zsasz (Victor Zsasz), permanece recluido, inmovilizado y aislado en el precinto.
Jeremiah Arkham, sobrino del fundador del hospicio, Amadeus, ha reconstruido el lugar, más los horrores continúan. El director hace una inspección rutinaria con varios de sus reclusos, como Scarecrow y el mencionado Zsasz, platica con ellos y los analiza. Cuando termina con ellos, procede a visitar al interno más nuevo, que se encuentra encadenado, más no es tan fácil someterlo. Se trata de Batman, que se encuentra atrapado y a merced de Arkham y de sus custodios.
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Deducimos que Batman saldrá del problema; lo interesante será cómo.
Batman: Shadow of the Bat, “The Last Arkham” y el debut de Mr. Zsasz , cumplen 30 años de su estreno.
