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Comics

Bone Machine, de Tom Waits, cumple 30 años.

Escuchar este disco de Waits, con su característica voz (inigualable e incompresiblemente atractiva), es una experiencia distinta y hoy analizamos un poco de su obra, cuando Bone Machine de Tom Waits, cumple 30 años.

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El título del álbum es una referencia directa al tipo de música de la que se trata. “Bone music” es un concepto atribuido al músico (nacido el 7 de diciembre de 1949, en el condado de Pomona, California, Estados Unidos) y en la que se genera una composición minimalista, desnuda hasta los huesos (bones).

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Waits es, definitivamente, un iconoclasta musical. Sus producciones son interesantes y atrapan. Los temas son abordados de manera cruda, pero atractiva, con humor negro y sonidos interesantes. Aun en sus momentos más comerciales, Waits es inusual.

Bone Machine, aunque no tiene mucha instrumentación, resulta interesante por ese mismo motivo. Cada uno de sus componentes se disfruta, como cuando vamos despojando a un chocolate de cada una de sus capas.

A la vez, la “Máquina ósea” de Tom Waits, liberada el 8 de septiembre de 1992 y que constituye la décimo primera en su carrera, es un trabajo en colaboración con grandes músicos y compositores. El guitarrista de The Rolling Stones, Keith Richards, aparece en “That Feel”.

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Brain y Les Claypool, ambos de Primus, también participan con Waits. El primero aporta batería en “Such a Scream” e “In the Colisseum” mientras que el segundo, toca el bajo en “The Earth Died Screaming”.

David Hidalgo, de Los Lobos, toca violín y acordeón en “Whistle Down the Wind”. Larry Taylor, de Canned Heat, toca el bajo en 10 tracks y la guitarra en uno más (“Jesus Gonna Be Here”).

Waits, acompañado de su esposa, Kathleen Brennan, genera las composiciones y algunas de sus más conocidas aparecen aquí, álbum grabado en un estudio sencillo y que apeló al gusto del californiano por su eco natural en un proceso que era más una tertulia que una gestación comercial.

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“The Earth Died Screaming” (“La Tierra murió gritando”) es la canción inaugural, de corte sarcástico y humorístico. Es el apocalipsis en plena ejecución y cómo el estar enamorado evita que uno le dé importancia al hecho.

“I Don’t Wanna Grow Up”, sumamente famosa por su cover de The Ramones, aparece por vez primera en Bone Machine y fue grabada únicamente con guitarra y bajo. Habla de manera literal, acerca de no querer crecer: “Cuando veo pelear a mis padres, no quiero crecer. Salen y beben toda la noche y yo no quiero crecer. Prefiero quedarme en mi habitación; afuera no hay nada más que tristeza y oscuridad. No quiero vivir en una enorme tumba en Grand Street”.

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Los videos de Bone Machine también merecen un vistazo. Únicamente son dos, como la canción arriba citada y “Goin’ Out West”.

En sí, toda la producción es recomendable y, ¿qué mejor pretexto para escucharla que su trigésimo aniversario?

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Iñigo Pérez

25 años en medios de comunicación, seguidor del comic (desde antes de que fueran "cool"), de la música, del cine y de las series. El arte se expresa de muchas formas... solo tienes que plasmar el tuyo.

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