Uno de los grandes misterios del cine es el significado de la palabra (o nombre) Rosebud en Citizen Kane (mismo que se esclarece al ver la cinta). Es Rosebud el motivo para que se desarrolle el relato. El filme de Orson Welles está considerado como uno de los más importantes Estados Unidos, aunque la fama le llegó tarde. Ciudadano Kane, basado parcialmente en hechos reales, se topó con quien no debió hacerlo.
A Orson Welles se le llamó uno de los grandes prodigios del cine de su generación; el cineasta fue inventivo y demasiado creativo, lo que en ocasiones le trajo serios problemas, como cuando hizo el relato de La guerra de los mundos, por medio de la radio, misma que se salió de control cuando gran parte del público creyó que se trataba de una invasión real. Otro punto de conflicto que casi acaba con su carrera fue la creación del filme del cual hoy hablamos.
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En 1941 se dieron a conocer filmes aún recordados, como el que es hoy nuestro tema y El halcón maltés, con Humprey Bogart. Aquí te dejo una liga para esa reseña:
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Charles Foster Kane, es editor y dueño de un importante diario, The Inquirer”, de principios de siglo XX. Este crece hasta convertirse en un imperio. En ese tiempo, el mayor poder mediático era el de los periódicos. La radio le seguiría tiempo después.
Varios empresarios consolidaron imperios gracias al medio impreso, tales como Joseph Pulitzer, dueño de The New York World, y Williams Randolph Hearst, propietario del New York Journal. La fiera competencia entre ambos dio origen al término “periodismo amarillista”, debido al sensacionalismo con que promovían sus publicaciones; atraían al lector por medio del morbo. Se dice que el término se crea con base en el primer personaje del comic norteamericano, The Yellow Kid, que apareció en ambos diarios.
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Citizen Kane toma muchos aspectos considerados rumores, pero con una sólida base en la realidad, en torno a estos dos personajes y crea a Charles Foster Kane. El filme está basado más en la persona de Hearst, a quien esto no le pareció la idea.
Hearst buscó boicotear la producción del filme desde sus inicios, cuando estaba en preparación. A Welles no le importó y prosiguió. Cuando el filme fue estrenado, Hearst prohibió mención alguna en cualquiera de sus periódicos. Además, Welles fue puesto en la lista negra por lo que se le cerraron prácticamente todas las puertas.
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Gracias al boicot, Citizen Kane tuvo una pésima recepción y fue exhibida en muy pocas salas, que lo hacían bajo la amenaza de repercusiones por parte de Hearst. Pese a ello, el filme fue nominado para los Premios Oscar. Obviamente, la producción no pudo ser promovida de manera tradicional, con anuncios en diarios o radio.
La crítica dio buenas notas al filme debut de Welles y tuvo 9 nominaciones al Oscar, pero sólo ganó como Mejor Guion Original, posiblemente debido a la influencia de Hearst. La película fue enlatada y tuvo un inevitable resurgimiento en popularidad unos pocos años después. Desde ese momento, su popularidad fue en aumento. En varios momentos, Citizen Kane ha llegado a ser considerada la mejor película de Estados Unidos. Obviamente, esto está sujeto a interpretación.
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La cinta es avanzada para su tiempo, tanto en su lenguaje visual como en sus técnicas y realización. La actuación de Welles es un gran punto a favor, pues logra plasmar a un personaje -durante varias etapas de su vida- con matices y mucha profundidad. Y es que Welles no sólo coescribió (o aportó ideas), sino que dirigió y actuó en el protagónico. Resulta difícil imaginar a otro actor logrando el mismo resultado.
La iluminación y el movimiento de cámaras es sumamente propositivo e innovador; es una película comercial con mucho de cine de arte. Mención merece el estupendo trabajo de vestuario y maquillaje, pues da la comodidad a Wells y otros actores para actuar, así como credibilidad ante la audiencia. El Kane joven es tan convincente como el Kane adulto.
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La fotografía corrió a cargo de Greg Toland y es muy dinámica; a petición de Wells, cuenta con una gran variedad de puntos de vista de cámara, colocándola a distintas alturas, obligando a mostrar cosas que no se veían en los filmes, como los techos de los sets.
La narrativa es por medio de los recuerdos (o flashbacks), de manera no lineal, lo cual ha sido un recurso atractivo para diversos cineastas. También es un recuento de hechos a través de otros testigos, lo que da subjetividad. Al iniciar por el final, hay que ir armando piezas del rompecabezas y nos involucramos más directamente en la historia.
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Esa es otra cualidad, la atracción Kane que genera sobre su público, llevándolo a deducir hechos, a crear hipótesis y a generar empatía con sus personajes, sobre todo con el principal, que resulta difícil por momentos, pues es una persona con defectos y es casi inevitable emitir un juicio en torno a sus actos.
La historia dentro de Citizen Kane es tan interesante como la que se dio fuera del celuloide, muy amarga para Welles; esta última se ha diluido con el paso del tiempo, aunque por momentos resurge. Por ejemplo, Netflix produjo en 2020 el filme Mank, interpretado por otro grande del cine del país del norte, Gary Oldman.
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Mank, que te recomiendo para ver, es en blanco y negro y se basa en la vida del guionista Herman J. Mankiewicz, en el marco de la creación del libreto para Ciudadano Kane, pues durante años ha habido disputa por la autoría del guion. Mank fue dirigida por David Fincher y también contó con actuaciones de gente como Amanda Seyfried y Tom Burke como Orson Welles.
Por su parte, Citizen Kane se estrenó el 5 de septiembre de 1941 en Estados Unidos. Cumple 80 años en 2021.
