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Contaminación en drenes, un problema cuya solución va más allá de la limpieza

Se acerca la temporada de lluvias, y con esta, el temor por las inundaciones en diferentes zonas de la capital queretana. Aún con la inversión millonaria que se destina anualmente a la infraestructura pluvial de la ciudad, las intensas precipitaciones son una amenaza latente para la ciudadanía, por las inundaciones que se producen en gran parte de las vialidades.

Sin embargo, hoy la preocupación está a otro nivel por los severos daños materiales y pérdidas humanas que dejaron las fuertes lluvias el año pasado en la zona metropolitana.

“Aquí por suerte no, pero a una cuadra más se inundaron, y en la esquina de enfrente también se les metió el agua”, comentó María José Olvera, quien vive a orillas del dren Cimatario a la altura de la colonia Casa Blanca.

A medida que el problema parece agravarse año con año, el gobierno municipal ha puesto énfasis en la limpieza y mantenimiento del drenaje. Se implementó el programa de recolección de tiliches, se retiran toneladas de desperdicios en drenes y bordos, y el alcalde Luis Nava ha hecho repetidos llamados a la ciudadanía para no tirar basura.

“Cada tres meses aproximadamente pasan (los recolectores de tiliches). Es para sacar todo lo que no sirve y pasan a recolectar afuera de las casas”, comentó María José, quien además afirma que ha habido una reducción de basura en el dren, a comparación de dos años atrás.

A pesar de ello, la estampa de los drenes sigue siendo la de la contaminación. Desde cajas, botellas, bolsas, hasta ropa y cobijas, la basura es residente permanente al interior y a las orillas de estos lugares. Lugares a los que también llegan a parar personas en situación de calle, y cuyas pertenencias resguardan bajo los puentes para tener un lugar acogedor en el cual refugiarse.

“Es muy común ver cosas de uso personal. Creo que es una culpa compartida entre los vecinos, las personas que pasan y las personas que no tienen para vivir en una casa y están en el dren”, opinó María José.

Lo que en el dren son tiliches que afectan al desagüe, para las personas sin hogar muy probablemente son objetos útiles que ven perdidos en el cauce.

El que no haya tiliches en el drenaje es un trabajo que va más allá de la limpieza. También requiere atención a aquellas personas que están vulnerables todos los días y no solo en temporada de lluvias. Y sobre todo, requiere del esfuerzo colectivo entre ciudadanía y gobierno para llegar a ese día en el que no haya temor por quedarse bajo el agua.

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Guillermo Castillo

Periodista por la Universidad Autónoma de Querétaro.

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