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Crónica de un robo en el cajero

Eran las 12:45 de un día sábado de agosto y “Juan N” acudió al cajero de Banorte ubicado en Álamos, sobre Bernardo Quintana dónde tiempo atrás se ubicaban las oficinas de IXE. Había personas formadas delante de él y tras tomar su turno para ingresar al cajero hubo quien llegara después.

La puerta del cajero siempre estuvo entreabierta, salió un usuario y tras ingresar y teclear lo necesario para hacer su operación bancaria el individuo que acababa de salir ingreso nuevamente y sorpresivamente se puso a teclear sobre el cajero.  “Juan N” preguntó si había olvidado su tarjeta o qué se le ofrecía, esta persona no respondió y salió rápidamente.

“Juan N” intentó realizar su operación nuevamente, el cajero no respondió, la luz del sol daba directamente sobre la pantalla. El hombre de bigote que hacía fila tras de él entró con aparentes “buenas intenciones” y tecleó nuevamente sobre el cajero, luego le dijo que ya podía continuar.

Al teclear sus datos su nip se hizo visible en la pantalla, supo que esto salía completamente de la normalidad y tan pronto pudo retiró su tarjeta y salió de allí.

Acudió directamente a la sucursal a reportar su tarjeta, cuál sería su sorpresa que la tarjeta que presentó en la sucursal no era la suya, entre todo el trajín del cajero habían intercambiado su tarjeta. Al consultar el ejecutivo los movimientos de la cuenta resultó que todo había sido dispuesto, una parte en efectivo en otro cajero y lo demás con diversas compras en establecimientos.

La ejecutiva de cuenta le comentó que tan solo en lo que iba de ese día habían sucedido tres casos similares.

Ahora el proceso para la recuperación del dinero es largo, reportes, denuncia, más reportes, espera. Y con todo, nada garantiza el éxito

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