El Covid-19 y la doble cara de Jano

Los tiempos de crisis o las amenazas que con frecuencia enfrenta la humanidad a escala global: las guerras, los desastres naturales o bien las emergencias de salud pública como es el caso de la pandemia del Coronavirus Covi-19, son una verdadero desafío a la resistencia de nuestra especie.

Esos eventos no solamente ponen a prueba nuestra capacidad para afrontar y superar las adversidades en un ámbito individual de fuerza física, emocional o psicológica, sino que además son experiencias traumáticas que someten a comprobación nuestra aptitud de empatía y sentido de comunidad.

La historia ha demostrado que durante estos periodos de prueba –que vienen acompañados de un alto costo cifrado en pérdidas humanas y económicas–, casi siempre se abren paso la unidad, la comprensión y el apoyo solidario con nuestros semejantes.

Esa unidad se pudo constatar en la ciudad de México tras la devastación del terremoto del 19 de septiembre de 1985 en la que habiendo sido rebasado el gobierno federal por la magnitud de dicho fenómeno natural, la sociedad civil demostró su resolución y su capacidad de organización para emprender el rescate de víctimas y damnificados.

Sin embargo, en medio de la adversidad también se exhibe la otra cara de la moneda: la del egoísmo, la mezquindad y el oportunismo político.

Está bien documentado que en un contexto bélico, de desastres o enfermedades epidémicas, hacen acto de presencia toda clase de mercaderes de la desgracia, especuladores y oportunistas quienes –sin escrúpulos y sin importarles la dimensión del sufrimiento humano–, buscan aprovechar la crisis en beneficio propio.

Tales personajes representan a la perfección la versión mitológica romana de la otra cara del dios Jano, no la del perfil noble, desinteresado o solidario, sino el aspecto disímil y desagradable: el perfil perverso de la hipocresía y la psicopatía social.

No puede entenderse de otra forma la deliberada difusión de noticias falsas para provocar la confusión y el caos; el discurso maniqueo sin sustento científico que tiene el propósito político de descalificar al adversario y de esa forma reclutar simpatizantes o adeptos; la estafa y la oferta ilegal de pruebas exprés de “detección” del virus Covid-19, que no cumplen con los requisitos técnicos mínimos, o bien el acaparamiento o sobreprecio mal intencionado de todo tipo de artículos de higiene como cubre bocas, gel antibacterial, desinfectantes en aerosol y otros productos de primera necesidad, para medrar económicamente con la necesidad de la población.

Como en muchos otros momentos adversos de nuestra historia, en este caso la unidad y la solidaridad de los mexicanos harán frente con éxito a la pandemia del Covid-19, y la salud pública de México prevalecerá por encima de las concepciones mercantiles, especulativas o políticas.

Opiniones y comentarios:     ramosroberto473@gmail.com

Salir de la versión móvil