Al escucharlo, tal parece que se tratara de un álbum producido por una banda consolidada de rock y pop; más no es así. Me refiero al debut de Boston en 1976. La placa homónima se dio a conocer el 25 de agosto, mientras que su proceso creativo inició un año antes, con grabaciones que comenzaron en octubre de 1975 para finalizar el mes de abril de 1976.
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La mayor parte de su creación se dio en el estudio de Tom Scholz, su creador, compositor y ejecutor de la mayoría de sus instrumentos. La parte vocal, esencial en la primera etapa de Boston, pertenece a Brad Delp, quien se mantuvo en la alineación hasta 1988 cuando fue reemplazado por Fran Cosmo. Delp regresó en 1994 y Boston se convirtió en un grupo de dos vocalistas hasta 2006, cuando Cosmo salió. Delp participó hasta 2007 y después fue sustituido permanentemente por Tommy DeCarlo.
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Se dice de Boston, el disco, que es uno de los mejores debuts en la historia de la música. Y así se escucha: un rock ligeramente más pesado, sin llegar a ser heavy, pero tampoco tan suave como para llamarlo pop. La dureza parcial se debe en gran medida a la guitarra del propio Scholz quien, durante el inicio del grupo, debía trabajar como ingeniero de diseño para la compañía Polaroid.
La alineación durante la grabación de su primer álbum está conformada, además de Scholz y Delp, de Barry Gordreau en la guitarra rítmica y coros, de Fran Sheeran en coros y bajo, además del baterista –y también corista- Sib Hashian, quien no fue el primero en el puesto; dicho papel recayó en Jim Masdea, cofundador de la banda junto a Scholz, pero quien salió tiempo después. aun así, la batería de Masdea se puede escuchar en el track “Rock n’ Roll Band”.
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Como suele pasar con los grupos de rock comercial –y de manera un tanto irónica-, las canciones que llegan a ser las más conocidas son las baladas. Es el caso de Boston, “More Than a Feeling” -track que abre el disco-, es su sencillo más famoso. No lo superaron comercialmente, más eso no quiere decir que el resto de su producción carezca del mismo valor o sea poco apreciada.
El álbum es variado y agradable al oído; es rock, sí, pero también tiene un sentido popero, canciones digeribles y muy armónicas con influencias de géneros como el rock sureño, poniendo el ejemplo de “Let Me Take You Home Tonight”, que es festivo y alegre.
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Por otro lado, “Foreplay / Long Time”, con sus casi 8 minutos de duración, es una canción de rock progresivo, con sus teclados que nos recuerdan a Emerson, Lake & Palmer.
Si de algo peca Boston, es de ser un disco algo corto, de 40 minutos y sólo 8 canciones. Más esa podría ser otra buena cualidad, pues no dejaron espacio para una composición de mediana calidad.
Boston cumple 45 años de haber sido dado a conocer.
