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Feminicidio

A pesar de tener todos los elementos a la vista, aún hay personas que se niegan a aceptar la realidad de mujeres y hombres, aún hay quienes se atreven a cuestionar a los feminismos. Se puede decir con toda certeza que los últimos años los actos de grupos feministas han sido  muy cuestionados, a pesar de todo lo que vivimos en este mundo caótico, a muchos les sigue espantando un par de pechos al aire y unos gritos en la acera.

Es cierto, hay feminismos radicales, con ideas que no todos están preparados para escuchar. Eso es muy cierto; pero también es cierto que tienen todo el derecho a que su voz sea escuchada.

Además, es más triste la otra parte que sí se tolera.

La que tolera que un hombre golpee a una mujer,  la tome del cuello y la asfixie frente a sus hijos o frente a sus madres.

La que tolera que las mujeres entren en una guerra de la carne donde sólo sobresalen las medidas de sus pechos y sus caderas.

Se tolera el control sobre nuestro tiempo, nuestro ingreso y nuestros deseos.

Se tolera que otras mujeres sean difamadas en redes y se regala un like más, para agudizar el repudio.

Se tolera la prostitución y se califica como un mal necesario, o en peores casos, como un empleo… como si los padrotes fueran empresarios, los puteros empresas y la vergüenza de las mujeres una mercancía barata. Duele que por pesos compren el placer o el asco de una mujer y con su vergüenza compren el silencio para que no exponga sus miserias en la alcoba.

Se tolera el repudio hacia lo femenino, tanto, que los hombres siempre están bajo sospecha y cuidados de no tener un rasgo o ademán femenino.

Se tolera que lo femenino sea visto como inferior e incluso casi insultante. Grandiosa la mujer que puede hacer lo mismo que un hombre ¡Eso es magnífico¡ Pero se ridiculiza a aquel hombre afeminado, lo femenino es sinónimo de vergüenza.

Pero se ha llegado al colmo de la tolerancia cuando una joven mujer ha sido desollada y abierta, una mujer a la que le han sido desgarradas las entrañas para arrojarlas con desprecio al drenaje.

Y eso duele, duele porque muestra el desprecio simbólico hacia nosotras, duele porque cada vez son más las mujeres que mueren de forma violenta… perdón, no mueren, son asesinadas.

Duele porque la vida sigue como si nada sucediera, como si todo estuviera bien… el miedo que muchas sienten es silenciado con indiferencia y ridiculizado por frase de machos.

Duele porque todo avanza, pero la sensibilidad retrocede, duele porque la crueldad es el pan de cada día, duele porque somos parte de un todo y lo que le hacen a la otra me lo hacen también a mí.

Duele porque soy parte de este sistema enfermo, duele porque soy una mujer, duele porque tolerar estos actos es estar en contra de mí misma… duele… y duele más que no te duela.

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Alma Olvera Santos

Sindicalista, feminista, aficionada a las letras. Ganadora del 3er lugar en Narrativa de IV Concurso Internacional de Poesía y Narrativa Vivencias 2011, del Instituto Cultural Latinoamericano en Junin, Buenos Aires, Argentina.

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