Hace poco más de 10 años, Netflix no era una palabra que figurara en el vocabulario de cada día y tampoco se encontraba metido en la mayoría de los hogares en una gran cantidad de países. El descomunal éxito de la compañía de streaming, tuvo mucho que ver con su primera producción original, House of Cards y sus sólidos cimientos. A continuación leeremos acerca de la serie y el impacto que tuvo en Netflix y la revolución del servicio de streaming (o servicios de transmisión por internet).
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Es sabido que Netlfix comenzó como una compañía estadounidense de estructura y función similar a la de Blockbuster, donde podías rentar o comprar películas y algunas series de televisión. Netflix tenía el servicio de enviarlas -similar al estilo de distribución de Amazon-, para mayor comodidad de sus usuarios.
Al poco tiempo, Netlfix dio el brinco al formato digital, creando un portal en el que se podría elegir qué ver, dentro de un catálogo seleccionado. Uno de sus grandes aciertos, fue incluir la popular serie, Breaking Bad, de AMC, y de la cual hemos hablado recientemente con motivos de su décimo aniversario:
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Tiempo más tarde, Netlfix decidió incursionar en el camino de las producciones exclusivas, al estilo HBO. Con la creciente competencia de servicios de streaming, la compañía vio la necesidad de tener material propio por el cual no tuviera que pelear –ni invertir desmedidamente- cuando los derechos estuvieran a punto de caducar. Un famoso caso fue el de la serie Friends, la cual retuvo Netflix por varios años, llegando a invertir millonarias sumas hasta que, finalmente, la dejó regresar a los servicios de Warner y HBO.
La necesidad dio como resultado el inicio de la guerra de producciones exclusivas, determinante para convencer a los suscriptores. Y todo inició de manera no tan modesta, con House of Cards.
Entre las ventajas los servicios de streaming, es que no deben someterse al escrutinio y aprobación de las televisoras o a regulaciones de gobierno, que asigna clasificaciones de acuerdo al contenido y que puede llegar a ser demasiado rigurosa o arbitraria. Y una de las características de House of Cards, es la brutalidad y franqueza con la que se abordan varios de sus temas.
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La serie fue creada para televisión por Beau Willimon, y está basada en la novela homónima de Michael Dobbs, publicada en 1989. House of Cards tuvo una adaptación como miniserie de cuatro episodios producidos por la BBC, en 1990.
Netflix dio a conocer la primera temporada de su versión, el 1 de febrero de 2013, con la novedad de que todos los episodios estaban disponibles; no había que esperar hasta la siguiente semana por el siguiente capítulo, según dictaba la tradición.
La temporada 1 consistía también de solamente 13 capítulos, mientras que las series convencionales de televisión abierta llegan a tener hasta 24. Esto obedece a la necesidad de mantener al aire las producciones cada semana y abarcar medio año de transmisión con material original. Al terminar, pueden ser transmitidas de nuevo o alternar con otra serie, mientras llega la nueva temporada.
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Generalmente, las series eran estrenadas en televisión abierta durante el cuarto trimestre del año, haciendo un alto durante la época decembrina y retomando en algún punto de enero.
Una gigantesca ventaja del streaming es que el televidente decide cuándo ver sus programas, sin comerciales, y pausando donde él lo decida. Al tener todos los capítulos disponibles, puede dosificarlos a criterio y no como los transmita una televisora. No obstante, un inconveniente puede ser verlos demasiado pronto y tener que esperar aún más tiempo por la continuación, que tardará un año. O más, ya que el streaming tampoco se ciñe a tiempos de entrega determinados.
House of Cards, ayudó a legitimar el salto de los actores del cine a la televisión, lo que antes constituía una derrota profesional. Un actor que hacía televisión, había caído en desgracia.
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La selección del actor principal fue determinante para el éxito de House of Cards.
Kevin Spacey había tenido varios grandes éxitos de taquilla y era uno de los actores cotizados en ese momento. Spacey daba vida a Frank Underwood, un congresista demócrata en Carolina del Sur. La voracidad con la que se abre paso en el ámbito político, era el tema –y gran atractivo- de la serie.
Como la esposa de Underwood, Claire, se seleccionó brillantemente a Robin Wright, famosa por filmes como Forrest Gump (1994) y Unbreakable (2000). Circunstancialmente, House of Cards terminó con Claire como figura central.
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El resto del elenco fue perfectamente bien seleccionado.
Otro de los aciertos de la producción fue la fotografía, un tanto más económica, que dio origen al llamado “estilo Netflix”. Esta también ha sido criticada por su oscuridad, su saturación o sus paletas repetitivas.
La calidad de producción de House of Cards era más semejante a la del cine, que a la de la televisión convencional. Esto obedece a varios factores, como el tener un mayor presupuesto destinado a menor cantidad de episodios, lo cual también genera más tiempo para su producción. Visualmente, el estilo de cine otorga un prestigio al programa televisivo.
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House of Cards tuvo un total de 6 temporadas y 73 episodios, que fueron subidos a la plataforma entre el 1 de febrero de 2013 y el 2 de noviembre de 2018. Y si llegó a un abrupto final, no fue por la producción en sí, sino porque perdieron a su actor protagónico debido a varias demandas por abuso sexual.
Aun así, el “castillo de cartas”, abrió la puerta para nuevas y celebradas producciones, como Orange is the New Black, The Crown, Stranger Things, Daredevil, Ozark, The Umbrella Academy y muchas otras.
House of Cards cumple 10 años de su estreno y con ello, el inicio de una nueva visión en el entretenimiento casero.
