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Joker: revisión sin spoilers.

¿Realmente es tan buena como dicen?

El género de superhéroes como tal, es relativamente nuevo en el cine. Seguro, se hacen este tipo de filmes desde los años 40, más nunca habían sido una corriente tan fuerte.

Gente conocida –y respetada en cine- han denunciado esta forma como algo “antinatural”. James Cameron, Jodi Foster, Mel Gibson y Martin Scorsese, en distintos momentos, han dicho que este género es perjudicial para el cine. Scorsese incluso ha dicho que esas películas –en específico las de Marvel Studios- son intolerables y que ni siquiera ha podido ver una completa. A su vez, el director ha sido criticado tras estas declaraciones debido al contenido a veces racista que da en sus películas y por otro tipo de características de sus historias.

Es verdad también que existen muchos géneros cinematográficos y todos tienen un nicho. Como se dice, “el sol sale para todos”. No tendrían por qué desaparecer las películas de superhéroes; si bien, deberían hacerse más westerns. Lo importante no es el género, es la calidad.

Y esta semana se estrenó Joker, la nueva cinta de Warner Studios, una productora que ha tenido bastantes tropiezos con la “crítica” y los “fans” en los últimos años. Sin embargo, en 2019 dan un golpe certero.

Joker es una gran película dirigida por Todd Phillips (The Hangover). No es exactamente una película de superhéroes, sino una historia personal y de desarrollo. Es una película “de carácter” en la que veremos las motivaciones de un personaje ficticio que representa todo lo que es malo en el mundo. No es un modelo a seguir. Es violenta con propósito, no por el placer de serlo. Y no es una película para niños.

 

La historia es imprecisa en su temporalidad. Sabemos que es un génesis y ocurre en el pasado. Si observamos el paralelismo que hay entre Gotham y la ciudad de New York, podríamos estar situados en 1973 o 1977 cuando se registraron históricas olas de calor.

Joker no es una película de arte, sino más de cine independiente. Tiene elementos muy valiosos a destacar, además de las impresionantes actuaciones de Joaquin Phoenix y Robert DeNiro. Y la verdad, ¿Qué se puede esperar de estos dos actores?

La historia personal de Arthur Fleck (nombre que podría parecer sacado de la chistera y que en realidad tiene un propósito, aunque no es evidente) es digna de analizar desde varios aspectos. Tiene varias frases importantes que nos hacen comprenderlo e incluso identificarnos.

“Simplemente no quiero sentirme tan mal”.

 

El aspecto físico de Phoenix nos deja ver a un ser alienado desde el físico hasta la mente. En una escena, podemos ver su espalda, marcada hasta la espina y con un aspecto casi inhumano. Arthur Fleck no encaja en la sociedad, aunque lo intenta. Uno de los principales delatores es su risa involuntaria y poco natural.

La sociedad en sí es un casi un personaje intangible de la historia que nos presenta varias preguntas válidas tanto entonces como ahora: ¿Qué tanto permitimos que la sociedad orille a un individuo a renunciar a su humanidad? A la vez, pensamos en ocasiones en la sociedad como un ente ajeno a nosotros. Pero, como individuos, ¿qué tan responsables somos? ¿Somos víctimas o victimarios? ¿Nos hemos burlado de alguien? ¿Hemos rechazado a alguien por ser diferente, por tener problemas de algún tipo? ¿Hemos contribuido con comentarios que lastiman a alguien? ¿Tal vez en Facebook o alguna otra red social?

 

El viaje de Arthur Fleck es uno en descenso, como se puede esperar de la historia. A veces, cuando la fuerza se termina, lo único que queda es, precisamente, descender. Fleck también es empujado a llenar un rol que exige esa sociedad enferma, que actúa como un virus, se expande y corroe. Conforme transcurre el tiempo, ¿Cuánto se van moviendo los estándares?

Las escenas de Joker son en ocasiones geométricas, con la cámara por debajo de la línea de horizonte, casi reminiscentes de Kubrick, con aire setentero que nos ayuda a crear la atmósfera.

La cinematografía es lo que se espera de este tipo de cintas, juega con la simbología del color, con tonos predominantes de azul y amarillo durante toda la película, encontrados y opuestos. A menudo, entre ambos colores de tono pastel tendremos a nuestra figura central, Arthur Fleck, quien parece potencialmente dispuesto a mezclar ambos ingredientes como una dualidad en busca de una nueva personalidad. ¿Cuál es el resultado? El color verde, característico de Joker. Y en sí, durante buena parte de la cinta tendremos atmósferas en verde, casi subliminales.

Aunque los exteriores nos muestran a una ciudad de Gotham que aún tiene luz, como una esperanza de ser salvada de la decadencia, la luz generalmente es controlada, escasa, pero no demasiado obscura. Las fuentes de luz son en muchas ocasiones dirigidas, como reflectores. ¿Y qué es Joker sino un personaje en busca de la atención, de la metafórica luz de reflector?

 

En cuanto a su vestimenta, el personaje de Phoenix utiliza tonos ocres durante la cinta. Cuando se encuentra fuera de su caracterización como payaso, los tonos cafés, poco divertidos son los predominantes. Estos funcionan bien pues en la paleta naranja y turquesa que se emplea, desencaja y combina a la vez. No vemos morados (también representativos de Joker), pero sí marrones que van cambiando hacia las tonalidades rojas, sobre todo en momentos decisivos.

La selección musical es adecuada, las canciones funcionan con el sarcasmo que requiere la historia, desde la clásica Smile de Jimmy Durante hasta el rock de Cream con White Room, pasando por That’s Life de Frank Sinatra o el Temptation Rag de Claude Bolling. Cada canción cumple una función. El score de Hildur Guðnadóttir, excelente compositora islandesa, contribuye en gran medida con la cinta, con tonos menores y notas graves de cuerdas, un predominante chelo y los ocasionales metales.

Al final de la evaluación, Joker nos hará conocer más de este gran personaje de comics, impredecible, tal como el comodín del naipe que puede cambiar el rumbo de cualquier juego. En ocasiones, la tragedia y la comedia se diferencian tan sólo por la risa.

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Iñigo Pérez

25 años en medios de comunicación, seguidor del comic (desde antes de que fueran "cool"), de la música, del cine y de las series. El arte se expresa de muchas formas... solo tienes que plasmar el tuyo.

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