La cerveza es la bebida alcohólica más popular en México, y su industria atrae grandes beneficios a la economía nacional. Esta bebida aporta el 1.5% del Producto Interno Bruto (PIB), sin contar la derrama que deja en bares, restaurantes y eventos, además de que el país es el principal exportador en el mundo, por encima de naciones como Alemania e Irlanda.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), tres de cada cuatro bebidas alcohólicas que se consumen en el país son cervezas. Campeche, Baja California Sur, Sonora y Nuevo León son las entidades que más gastan en esta bebida, con promedios arriba de los 2 mil 300 pesos por hogar.
Este último estado ha dado mucho de qué hablar en los últimos meses debido a la escasez de agua que enfrenta. A pesar de que la sequía es el factor principal de este problema, también se ha señalado a la industria cervecera por las enormes cantidades de agua que utiliza; tanta, que el presidente de México ha hecho un llamado a estas empresas para que reduzcan su consumo de este recurso.
Y es que en realidad, la producción de cerveza requiere de mucha agua, desde los cultivos hasta su embotellamiento. De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés), para producir un litro de cerveza se requieren hasta 5 litros de agua.
No obstante, la misma organización sugiere que gran parte del agua en este proceso se utiliza para la limpieza y desinfección de botellas, por lo que con los adecuados ajustes en los métodos de lavado, las compañías cerveceras podrían reducir hasta en 60% su consumo de agua sin afectar la calidad.
En este Día Mundial de la Cerveza es importante señalar que todas las cosas que disfrutamos, llevan detrás un largo y quizá no muy agradable proceso. Por ello, viene bien tener en cuenta que para seguir disfrutando de la cerveza, tiene que haber un equilibrio para conservar la salud, pero también el medio ambiente.
