La cifra de muertes por la explosión en el centro de Beirut, en Líbano, se elevó a 73 y el número de heridos también aumentó a tres mil 700, luego del avance de las labores de rescate.
Un despacho de la agencia de noticias AP indica que el estallido destruyó gran parte del puerto, dañó edificios y rompió ventanas y puertas, mientras una enorme nube de humo se elevaba sobre la ciudad.
Las autoridades advirtieron que todavía hay cuerpos que están enterrados bajo los escombros.
El presidente Michel Aoun informó que en el puerto explotaron dos mil 750 toneladas de nitrato de amonio que se almacenaron durante seis años, sin medidas de seguridad.
Horas después de la explosión, las ambulancias siguen trasladando a los heridos mientras helicópteros del Ejército ayudan a combatir los incendios en el puerto.
La repentina devastación abrumó a un país que ya lidiaba con la pandemia de coronavirus y con una crisis económica.
Los hospitales de Beirut rápidamente excedieron su capacidad, pidieron suministros de sangre y generadores para poder funcionar.
De momento, se desconoce la causa de la explosión, la cual provocó incendios, volcó automóviles y destrozó ventanas y puertas.
Abbas Ibrahim, director de la Seguridad General Libanesa, dijo que pudo haber sido causada por un material altamente explosivo que fue confiscado de un barco hace algún tiempo y almacenado en el puerto.
