El tráfico ilegal de datos en un negocio creciente en el mercado negro. Nombre completo, firma electrónica, dirección, datos bancarios y más se consiguen por tan solo unos pesos.
Todos en algún momento hemos facilitado nuestros datos para realizar algún trámite, alguna compra, o para gestionar algún servicio. Algunas veces con tal premura que no se ponemos atención en el manejo que se dará a la información.
De acuerdo con Víctor Manuel Garay Garzón, secretario general de la Facultad de Derecho de la UNAM, por 203 pesos se puede conseguir el nombre completo de una persona, por 162 pesos más su fecha de nacimiento, la firma electrónica y el teléfono particular oscilan entre 220 y 235 pesos aproximadamente. Todo depende de la oferta y la demanda.
Tratándose de navegación en internet, los protocolos de seguridad en páginas electrónicas y sistemas informáticos aún son muy básicos. Exceptuando instituciones bancarias, organismos de seguridad pública y algunas instituciones gubernamentales, que han establecido protocolos y recomendaciones nacionales e internacionales, existe gran vulnerabilidad en la navegación en internet, lo que los hace susceptibles a ciberataques.
Para ejemplo basta un botón, recordemos recientemente el ciberataque que sufrió Facebook por el que tuvo que fortalecer los sistemas de seguridad de millones de usuarios, pues 120 millones de cuentas fueron ofertadas en 10 centavos de dólar.
Por lo que corresponde a los trámites convencionales, digamos cara a cara, la legislación en materia de protección de datos personales es relativamente reciente y poco conocida, la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares (publicada en 2010), y la Ley General de Protección de Datos Personales en Posesión de los Sujetos Obligados (publicada en 2017). Sin embargo pocas son las personas que conocen de su existencia y de la protección de la información que la misma les brinda.
Las autoridades en materia de transparencia y protección de datos personales han realizado campañas para su implementación, siendo aún necesario que permee socialmente.
