No la llames Caroline, no le gusta que la llamen Caroline. Su nombre es Coraline.
Coraline se dio a conocer en un plano mundial por medio de un filme en 2009 (cuyo estreno fue el 6 de febrero). Los orígenes de la historia parte de una pequeña novela de fantasía oscura, publicada el 2 de julio de 2002, elogiada y reconocida como una de las grandes obras del escritor Neil Gaiman, quien comenzó su carrera en el medio de los comics y que, desde entonces, ha generado celebradas novelas. A su vez, Gaiman es uno de los autores peleados para adaptar al cine, la televisión y los audiolibros.
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La primera edición de Coraline fue impresa por Bloomsbury y Harper Collins. Esta recibió premios como el Hugo, el Bram Stoker, el Newberry y el Nebulla en 2002 y 2003.
Gaiman ha tenido otras adaptaciones de sus trabajos, como Stardust (de la cual hablaremos pronto), Neverwhere, American Gods, Good Omens, Lucifer y próximamente, Anansi Boys y The Sandman de DC Comics. Esta última estrena en Netflix el 5 de agosto de 2022.
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El pequeño libro fue ilustrado por el colaborador frecuente de Gaiman, el también británico Dave McKean, con quien ha hecho otros comics como Violent Cases, Mr. Punch y Black Orchid. McKean dirigió Mirrormask en cine, basado en una historia de Gaiman.
Dave McKean ha ilustrado otros libros de Gaiman, como The Day I Swapped My Dad for Two Goldfish (El día que cambié a mi papá por dos peces dorados), The Wolves in the Walls (Los lobos en las paredes), Crazy Hair, y The Graveyard Book.
El artista inglés también hizo el arte para la novela gráfica de Batman, Arkham Asylum, con el escritor Grant Morrison.
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Coraline fue adaptada a comic en 2008 por otro colaborador frecuente de Neil Gaiman, el ilustrador y escritor, P. Craig Russell.
Coraline Jones es una niña de 9 años de naturaleza curiosa y quien se encuentra en las vísperas de entrar a una nueva escuela, pues sus padres han mudado su residencia a un lugar apartado de todo, a unas horas de Londres. Coraline desea que sus padres le presten atención y sean amorosos, más ambos viven atrapados en la rutina laboral.
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Bien dicen que debemos tener cuidado con lo que deseamos, pues podría volverse realidad…
Para la niña, es un mundo nuevo gracias al acceso que le provee una llave antigua de color negro y que abre una puerta del estudio de su nueva casa, que aparentemente no lleva a ningún lado, más que a una pared de ladrillo. En el momento indicado, la llave abre un portal a otro mundo.
Aparentemente, el otro mundo es igual al real, pero mejor. Ahí, Coraline encontrará a otra madre y a otro padre, ambos quieren pasar todo el tiempo con ella consentirla. Su ropa y su habitación son tal como Coraline los desea; la comida sabe mejor. Pero, ¿qué hay detrás de todo ello?
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La pequeña entabla una especie de amistad con un gato negro, el cual parece habitar ambos mundos y el cual, en el otro, le da algunos baños de filosofía.
Coraline no emprenderá una aventura, sino una lucha por su supervivencia.
Neil Gaiman ideó el cuento para niños con base en los clásicos, como los de Hans Christian Andersen o los hermanos Grimm, que tenían sus buenas cantidades de horror.
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Cualquier versión de Coraline es buena, tanto el filme, dirigido por Henry Selick (The Nightmare Before Christmas), como el comic o el libro.
La adaptación al cine toma algunas libertades, como la adición del nuevo amigo de Coraline, Wyborne “Wybie” Lovat y su abuela, más en general se mantiene fiel a la fuente.
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La novela se ha adaptado tanto a un musical como a una ópera de dos actos.
Cumpliendo con las cualidades de “culto”, Coraline, de Neil Gaiman, llega a los 20 años de su publicación.
