Para aquellos afortunados que pudieron leer las historias de los nuevos X-Men desde su inicio en 1975, resultaba toda una aventura ir descubriendo poco a poco cada nuevo pedazo de información. Los personajes eran nuevos en su mayoría, por lo que se desconocía todo acerca de ellos. Un par de años más tarde, parte del pasado de Wolverine fue dado a conocer, lo que llevó a una celebrada pelea, The X-Men contra… ¿Canadá?
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El equipo de héroes mutantes ha salvado al universo del dictador D’Ken del imperio Shi’ar, y se encuentran de regreso en la Tierra, acompañados de Lilandra Neramani, sucesora al trono, uno de los más poderosos de toda la galaxia. Lilandra no puede ascender al trono de manera inmediata, pues se debe resolver su situación por haber sido parte de la insurrección en contra de su hermano. Lilandra y Professor X han entablado una relación romántica, la cual planean disfrutar en la Tierra.
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Los X-Men se toman un tiempo para descansar, terminar de sanar heridas físicas y asimilar todo lo sucedido en el espacio. Por ejemplo, Jean ha descubierto que el padre de Cyclops es Corsair, líder de los piratas espaciales, The Starjammers, a quienes conocieron en el espacio. Sin embargo, Corasir le ha pedido a Jean que guarde el secreto.
Por otro lado, vemos la tristeza de Jean al descubrir que sus propios padres sienten temor de ella cuando les exhibe sus nuevos poderes cósmicos.
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En el lado alegre del espectro, Moira McTaggert se reúne con su amado Banshee (Sean Cassidy). Kurt (Nightcrawler) invita a Piotr (Colossus) a salir en una cita doble con dos hermosas jóvenes que conocieron recientemente. Una de ellas, resultará ser la hermana adoptiva de Kurt, Amanda Sefton (historia para otra ocasión). Piotr decide quedarse en la mansión.
El número completo se lo lleva Wolverine, quien decide ir a cazar a los campos traseros de la mansión X y que son parte del bosque de Westchester en New York, muy al norte de Estados Unidos. El canadiense se une al picnic propuesto por Moira y Sean, al cual acudirán Ororo (Storm) y Piotr.
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Estamos acostumbrados a ver a Storm y Wolverine tratarse como hermanos; no obstante, en este tiempo apenas se conocían y no congeniaban. El cinismo y mal temperamento de Wolverine antagonizaba a la nobleza de Storm, quien había crecido en la dualidad de la vida, como niña ladrona en El Cairo y como diosa en el África.
Storm y Wolverine discuten acerca de lo que implica la cacería. Al final, los 5 se van de día de campo.
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Y como no puede pasar mucho tiempo sin que los X-Men conozcan la acción, cuando Wolverine se encuentra rastreando a un ciervo, es atacado por una misteriosa figura.
El atacante se identifica como Weapon Alpha, un agente superpoderoso enviado por el gobierno canadiense para llevar de regreso a Wolverine.
La continuidad del comic juega un papel importante en esta ocasión, pues en la primera intervención de los nuevos X-Men (en Giant-Size X-Men #1 de 1975), vemos a Wolverine renunciar como agente del gobierno de su país, sin mayor preocupación, para integrarse a las filas de X-Men. Sus jefes, por el contrario, no están contentos con que una de sus grandes inversiones abandone su puesto. Las repercusiones de la renuncia de Wolverine las vemos aquí.
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A Weapon Alpha lo conoceríamos después como Guardian o Vindicator, líder del proyecto Alpha Flight, un grupo de superhéroes creados y operados por el gobierno de Canadá. James MacDonald Hudson, su nombre civil, era un agente y amigo cercano de Logan. Las circunstancias –y el gobierno- los llevan a enfrentarse en esta ocasión.
El día de campo llega abruptamente a su final.
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Weapon Alpha y Wolverine pelean ferozmente en las inmediaciones de la mansión.
El evento termina cuando Moira es herida accidentalmente. Banshee libera todo su poder y su furia en contra del nuevo rival, el cual, al verse superado, escapa.
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La trifulca que presenciamos en este número fue una de las primeras veces en que Wolverine aprovechó su protagonismo para convertirse en la estrella de los X-Men y una de las principales de Marvel Comics.
X-Men #109 es apenas la segunda historia dibujada por John Byrne en dicho título, con tintas de Terry Austin. Sumada a la capaz pluma del argumentista Chris Claremont, crean un relato que sigue siendo referencia a 45 años de su publicación.
También te ofrezco una nota reciente, donde abordamos el ingreso de John Byrne a X-Men, apenas un número antes. Jun to con Chris Claremont, el artista tuvo una de las más famosas temporadas en un comic:
