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Cine

Vertigo, de 1958.

Vertigo, de 1958, es una de las obras del británico Alfred Hitchcock, y como varias de ellas, exige una visión amplia de su público.

El director nacido en Leytonstone, Essex, Inglaterra, el 13 de agosto de 1899 es -como bien sabemos-, catalogado como uno de los más grandes del cine. Sus producciones eran innovadoras, no por gratuidad, sino con el objetivo de contar sus historias de una manera distinta al común, siempre empujando hacia adelante. Tal vez ahora sea un tanto difícil de apreciar este hecho, debido a los adelantos tecnológico y al cambio constante en las narrativas del medio, pero si nos podemos situar en el contexto de su tiempo, lograremos apreciar sus cualidades.

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Hitchcock se valía de diversos recursos para contar de manera literal y figurada sus historias, a veces enviando señales por medio de la iluminación o los encuadres (o de cualquier otra manera). En Vértigo, lo demuestra desde que ruedan los créditos iniciales con el uso de efectos de cámara, close-ups extremos y el uso de una secuencia por computadora, considerada la primera en el cine.

En otras ocasiones, los colores son los que mandan mensajes casi imperceptibles, aunque estos no pasan desapercibidos.

En España, el filme llevó el subtítulo apropiado de “Entre los muertos” (“D’entre Les Morts”), ya que ese es el nombre de la novela de la cual se basa y que fue escrita por Pierre Boileau y Thomas Narcejac.

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Los diálogos, de mano de las buenas actuaciones, son ganchos que generan el interés del público y los filmes del inglés nacionalizado norteamericano, se destacaban por ello.

Este filme fue la cuarta y última ocasión, en que James Stewart participó con Hitch, así como fue la única colaboración con Kim Novak, actriz apegada al prototipo de mujer del director.

Los protagonistas de Hitchcock pueden ser más villanos que héroes. Sus personajes son falibles y fallidos, tal como lo plantea con el detective de policía, John “Scottie” Ferguson (Stewart), quien debe retirarse prematuramente después de que, durante la persecución de un delincuente por unos tejados, indirectamente es responsable de la muerte de un policía que cae al vació tratando de rescatarlo, pues Scottie pende de una cornisa al no haber aterrizado bien. El vértigo que le resulta, lo incapacita para seguir en la organización.

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A Ferguson lo contacta un amigo para que investigue el extraño comportamiento de su esposa, quien aparentemente cambia de identidad por largos periodos, sin saberlo. Madeleine Elster (Novak), es invadida por el alma de Carlotta Valdés, una mujer fallecida mucho tiempo atrás. Scottie, incrédulo, acepta la encomienda.

Como resultado de la investigación, Scottie y Madeleine se enamoran y es a partir de ahí donde tiene un vuelco la historia.

El exdetective sufre un cambio que lo convierte en un personaje incómodo para la audiencia (más aún, en los tiempos actuales). La idea no es crear empatía y nos obliga a realizar un análisis conductual de los participantes. A decir verdad, la única involucrada que tiene un comportamiento aterrizado, es Midge (Barbara Bel Geddes), amiga y enamorada de Scottie.

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Vertigo no es un filme fácil de ver ni de apreciar (excluyendo su estética y su magnífica banda sonora de Bernard Herrmann), y resulta mejor cuando se ve varias veces para adentrarse en él; sus componentes y su totalidad es un producto distinto, muy marcado por su tiempo y que no hace apología, sino que demuestra la fatalidad de una cadena de eventos y las consecuencias en la conducta humana.

Vértigo cumple 65 años de su estreno.

Te presento otras notas con filmes de Hitch, como Para atrapar a un Ladrón (To Catch a Thief), de 1955:

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Psicosis (Psycho), de 1960:

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Los pájaros (The Birds), de 1968:

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Y su debut estadounidense con Rebecca, de 1940:

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Iñigo Pérez

25 años en medios de comunicación, seguidor del comic (desde antes de que fueran "cool"), de la música, del cine y de las series. El arte se expresa de muchas formas... solo tienes que plasmar el tuyo.

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