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X-Men 2, de 2003, superó las expectativas.

En el cine, se dice que algunas secuelas pueden ser igual de buenas o incluso llegan a superar a la primera parte. Ejemplos hay muchos. El que nos interesa en esta ocasión tiene que ver con el boom que tuvo el género de superhéroes a principios de siglo. X-Men 2, de 2003, superó las expectativas.

El fenómeno mutante surge de los comics de Marvel y fue una de las primeras adaptaciones exitosas al cine de personajes de esa compañía. La tecnología había dado un brinco significativo durante la década anterior. Cintas como Jurassic Park y la nueva entrega de Star Wars, abrían las puertas a –literalmente- nuevos mundos donde el único límite era la imaginación.

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En el año 2000, X-Men, filme dirigido por Brian Singer, producido para la 20th Century Fox, tuvo uno de los mejores recibimientos en el año tanto en taquilla como en críticas, algo inusitado para una producción con personajes de Marvel, caracterizados por sus pobres adaptaciones. La más exitosa -y prácticamente la única-, había ocurrido dos décadas antes, cuando The Incredible Hulk llegaba semanalmente a las pantallas de TV, cortesía de Bill Bixby y Lou Ferrigno. Blade, película de 1998, fue otra buena adaptación, más el personaje era muy poco conocido, aún entre los lectores.

X-Men se había logrado con relativamente pocos recursos y un presupuesto conservador para el tipo de película. Los personajes elegidos para aparecer -además de ser populares-, eran aquellos que tenían aspecto humano, evitando largas horas de maquillaje (proceso oneroso) o que fueran generados por computadora, lo que implicaba un costo prohibitivo.

Para la segunda parte se puede ver un avance considerable avalado por un mayor presupuesto. Para empezar, la secuela es más larga, los efectos por computadora son mejores y en mayor cantidad.

Otro de los aciertos de este tipo de filmes es cuando se apegan a la esencia de las historias base, los comics. Cuando se conoce a los personajes de fondo y sus interacciones, se logran mejores resultados. Ese fue el caso de X2.

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A la vez, X2 no se aleja de su antecesora para no invalidarla en la cuestión estética. La historia que se presenta sigue aterrizada en una realidad y ofrece una vista a cómo podría ser la presencia de héroes y villanos con poderes fantásticos si es que existieran en una realidad similar a la nuestra.

En contraste, también hay un interés por explotar el aspecto ficticio, por ello el filme abre espectacularmente con una secuencia en la que vemos a un nuevo mutante, Nightcrawler. El mutante de color azul, de aspecto demoniaco y con el poder de la teletransportación –que ha sido uno de los integrantes clásicos de los X-Men desde 1975-, realiza un ataque con el fin de terminar con la vida del presidente de Estados Unidos. El evento se desarrolla en la Casa Blanca con la música del Dies Irae (La ira de Dios) del Réquiem de Mozart de fondo.

La peligrosidad del nuevo ser justifica la existencia de los X-Men en los primeros 5 minutos de la cinta. Ante el surgimiento de nuevos seres con poderes, es necesario una fuerza que los contenga y ayude.

Con tantas décadas de historias, el mundo de los comics tiene mucho que ofrecer, algo que se ha perdido de vista en los últimos años al priorizar la creación de nuevos relatos. Esto ha dejado resultados mixtos en muchos casos. X2, hace una mezcla de varias historias famosas de The X-Men y logra un equilibrio evitando ahogarse en sus muchos elementos.

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La primera cinta termina con la salida de Wolverine del equipo -al cual ni siquiera quería pertenecer-, para iniciar la búsqueda de su pasado. X2 es continuación directa a ello.

Hemos cubierto en este espacio la historia conocida como Weapon X, de Barry Windsor-Smith, en la que se narra la manera en que Wolverine es secuestrado por el gobierno canadiense para experimentar con él y convertirlo en un supersoldado. Gran parte de la historia es presentada en X2. Aquí hablamos de Weapon X:

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Otra de las celebradas historias del comic de X-Men, es God Loves, Man Kills (Dios ama, el hombre mata), por Chris Claremont y Brent Anderson, en el que un reverendo, líder de un culto fanático de blancos supremacistas, William Stryker, emprende una guerra para terminar con los mutantes.

En el filme, Stryker es un militar y no un religioso; la buena interpretación corre a cargo del actor, Brian Cox. William Stryker introduce un tercer bando en la mitología de los mutantes, representado por la humanidad –y su inhumanidad-. Aquí hablamos del comic:

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Para asistir a Stryker, se introduce a otra mutante con poderes similares a los de Wolverine, Lady Deathstrike (Kelly Hu), creada para el comic de Daredevil #187 y que después migró a los títulos de mutantes. Yuriko Oyama fue una idea de Denny O’Neil y de William Johnson.

Todos los ingredientes y nuevos personajes de X2 se centran en torno a Wolverine (Hugh Jackman, que ya había despuntado como el X-Man más popular del cine). Sin embargo, el resto del elenco es para nada despreciable, pues repiten Patrick Stewart (Charles Xavier), Halle Berry (Storm), James Mardsen (Cyclops), Famke Janssen (Jean Grey), Anna Paquin (Rogue) y se extiende el papel de Shawn Ashmore (Iceman).

Los X-Men reclutan nuevos aliados, como el joven Pyro (Aaron Standford), mutante que tiene un cambio de conciencia y el citado Nightcrawler (Alan Cumming), además de los antiguos enemigos, Magneto (Ian McKellen) y Mystique (Rebecca Romijn), quienes se ven forzados a hacer una alianza para sobrevivir.

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En un tiempo en que no se pensaba en copiosas adaptaciones de comics al cine, en X2 se hace una referencia a un nombre que llegaría a ser muy conocido años después: Stark Industries, responsables de la construcción de la celda de Magneto (carente de cualquier traza de metal).

Otros conocidos mutantes del comic hacen cameos como Colossus (Daniel Cudmore), Kitty Pryde (Katie Stuart), Syrin (Shauna Kain) y Artie (Bryce Hogson). Los dos primeros tuvieron un papel extendido en la tercera parte, en la cual Kitty cambió de actriz a Ellen Page (ahora Elliot Page).

Hank McCoy, alias Beast, aparece en un monitor de televisión y es interpretado por Steve Bacic. Para la tercera parte, el actor elegido fue Kelsey Grammer.

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Las secuencias de acción en X2 son muy bien coordinadas, mezclando efectos prácticos (realizados en el set) con una buena edición y toques de animación apoyados por la música que, si bien ya no es de Michael Kamen para la secuela, sí dejó temas –como el principal- para realzar el filme completo. La música fue compuesta por John Ottman, quien también funge como coeditor.

El final de X2 plantea el inicio de una saga que, lamentablemente, no tuvo tan buenos resultados, aunque la intención fue buena. Se trata de la historia de Dark Phoenix, pero eso ya es material que dejaremos para otra ocasión.

Hoy recordamos los 20 años del estreno de X2 (también conocida como X-Men 2 o X2: X-Men Unidos), el 2 de mayo en Estados Unidos (y un poco antes, el 24 de abril, en varios países).

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Iñigo Pérez

25 años en medios de comunicación, seguidor del comic (desde antes de que fueran "cool"), de la música, del cine y de las series. El arte se expresa de muchas formas... solo tienes que plasmar el tuyo.

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