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El café entre penas mundiales

El delicioso aroma y sabor del café no son suficientes para mitigar el pesado proceso en uno de sus peores momentos: grandes pérdidas mundiales y desastrosas consecuencias.

La gran crisis actual del café tiene factores que involucran desde el medio ambiente, hasta el tambaleo de uno de los países más importantes en la producción, hasta increíblemente un decremento en la demanda del producto.

Las bodegas del mundo están llenas de café, lo que supone un nuevo ajuste en la balanza de su oferta con relación al precio, el calor extremo ha propiciado cosecha en exceso. Mientras que en Brasil, el país más importante en la producción de café vive una debilidad monetaria con excesos de inventarios; aunado a la disminución en la demanda por el consumidor debido a la mayor diversidad de bebidas a nivel mundial.

Tragos cada vez más amargos

El primer trimestre del año, el café cerró con la peor racha de pérdidas, la más larga desde el 2001. El precio promedio trimestral del café es el más bajo desde el 2005, teniendo en cuenta que la caída del año pasado fue del 30%, sumado al actual desplome del 11% en lo que va del 2019, lo cual, a presagios de los expertos en el tema, los pronósticos serán aún más catastróficos lo que resta del año.

En México, Chiapas es uno de los principales estados productores de café, cuya generación anual es de 200 mil toneladas, que involucran a 140 mil productores que cultivan 220 mil hectáreas en 89 municipios. Sin embargo, los cafetales han sufrido daños y pérdidas a causa de la roya, una plaga que seca la planta impidiendo el crecimiento del fruto. Sumado a la falta de recursos para financiar el campo y el precio bajo del café. Por estas razones, el éxodo de campesinos se ha incrementado, haciendo que tengan que salir y abandonar tierras para buscar otras formas de trabajo.

 

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