En cada lugar del mundo son un símbolo de auxilio, control y certeza en un accidente, ya sea ocasionado por el descuido humano o natural.
Sus trajes aguantan temperaturas de hasta 1.200º C y pesan quizá unos 20 kilos en promedio, por si fuera poco, deben colocárselos en segundos, la realidad supera la ficción, pues no pueden utilizar barba (por moda o gusto) pues necesitan usar con precisión la máscara de oxígeno, tampoco tienen gran visibilidad por el humo en un incendio, y por su puesto, el ruido de las llamas les complica escuchar los llamados de auxilio de la gente en peligro.
Ellos se encargan del atender emergencias, verificar la seguridad y cuidar a la población ante cualquier riesgo, desde la imprudencia de los hombres con incendios, accidentes o derrames de líquidos sustancias peligrosas.
En México existen al menos 500 cuerpos de bomberos, de los que aproximadamente 320 son asociaciones civiles que surgieron por medio de la iniciativa ciudadana, siendo cerca de 15 mil bomberos en total, de los cuales al menos un tercio trabaja de forma voluntaria, aún así en Chiapas, por ejemplo, un bombero promedio percibe a penas 3 mil pesos al mes.
La Asociación Mexicana de Jefes de Bomberos siempre ha externado la necesidad de trabajar bajo condiciones dignas y seguras, con salarios adecuados, apoyo de todos los órdenes de gobierno, mejor equipamiento y herramientas adecuadas.
