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Bienestar

¿Estamos preparados para tener paz?

Todos creemos que vivimos en un estado de paz, hasta que realmente nos damos cuenta que no la tenemos.

Vemos constantemente focos rojos en temas de Derechos Humanos, Seguridad, Corrupción y Transparencia, que hacen que quizá en conjunto o separado un ecosistema ideal para la no generación de paz, pero lo que sí es posible es trabajar en ellos para revertir la situación.

No solo es tema de los gobiernos municipales, estatales o federales, pues antes que cualquier cargo de elección popular, estamos hablando de ciudadanos, humanos, seres sociales. Pero por la misma razón, a veces las cosas se tornan un poco turbias.

Sin embargo no quiere decir que deba ser ese su estado normalizado ni permanente, se deben llevar al plano positivo para que lejos de atentar contra la gobernabilidad o la gobernanza, las cosas mejoren y todos los que están en ese determinado lugar, vivan en un ecosistema de verdadera paz. 

El trabajo no es simple, requiere de mucha talacha, desde los puntos más inesperados, hogares, o cualquier núcleo social que permita mejorar las áreas de oportunidad que se detecten; los vecinos que convivan y respeten las reglas de sus condominios y paguen las cuotas de mantenimiento a tiempo, los dueños que recojan las eses de sus mascotas en la calle, el que reporte al tendero que le dio mal el cambio, ceder el paso al peatón, hacer el uno a uno, usar las direcciones, hacer las filas del banco como se deben, no dar mordida ni preguntar por ella, no apartar lugares, en fin, hay muchísimas formas de contribuir, pero la más importante es el diálogo, pues hacerlo es la representación de tolerancia y escucha más grande, la empatía que se genera puede ser la que al final termine por soluciona  un conflicto que era y debería seguir siendo pequeño, pero por pequeño que sea debe ser solucionado, y esos conflictos pueden darse entre ciudadanos, gobiernos y otros entes sociales y políticos, siempre van a existir, pero también siempre deben encontrarse las formas rápidas, efectivas y cercanas para solucionarse; aquí es cuando recuerdas las clases de civismo que en la escuela te daban, incluso de valores que ya es parte de ti, y con ello vienen también los activadores.

Tener paz social es posible, lo difícil es realmente comenzar a gestionarla, pues estamos acostumbrados a un ritmo en donde por las razones que sean, ni la seguridad, los derechos humanos y la corrupción están donde deben estar.

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