Pareciera un disparate pero no lo es, para desarrollar con eficiencia nanotecnología, la ciencia comienza a mezclar bacterias y grafito.
El grafeno se extrae del grafito, resulta tener solo un átomo de espesor, haciéndolo así el material bidimencional más delgado, pero también el más fuerte; siendo un nanomaterial importante, gracias a su excelente capacidad para conducir electricidad, resistencia mecánica y flexibilidad, tiene un obstáculo, la dificultad para producirlo a gran escala sin que pierda propiedades.
Sin embargo en la revista ChemOpen, detallan una nueva técnica mezclando el grafito oxidado con bacterias, siendo un método viable, que no resulta en amenaza al medio ambiente, en comparación de los procesos químicos que se utilizan comúnmente. Esta innovación se aplicaría a las tecnologías informáticas y equipos médicos de vanguardia.
Para producir grafeno en mayor cantidad, Benjamin A. E. Lehner, Vera A. E. C. Janssen, Dr. Ewa M. Spiesz, Dominik Benz, Dr. Stan J. J. Brouns, Dr. Anne S. Meyer y Prof. Dr. Herre S. J. van der Zant,
por medio de la exfoliación a un frasco de grafito para producir óxido de grafeno (GO), se eliminaron las capas suficientes del material para poder mezclarlo con Shewanella, una bacteria marina que está muy involucrada en la circulación de minerales en océanos; al dejar reposar dicha mezcla, se percataron que el GO se redujo considerablemente gracias a la bacteria.
Ahora, el grafeno resultante de las bacterias es más delgado y estable, se puede almacenar durante más tiempo, lo que lo hace candidato a ser utilizado en biosensores de transitoriedades de efecto de campo y tinta conductora. Los primeros son dispositivos que detectan moléculas biológicas y tienen aplicaciones para el monitoreo de la glucosa en tiempo real. Las tintas conductoras se podrían usar en los teclados de computadoras, tableros de circuitos de cables, incluso se podría pensar en su uso en telas inteligentes.
