Desde el Ecuador y hasta el Mediterráneo, este fruto nativo de América, que pertenece a la familia de las lauráceas, es el rey de los desayunos, comidas y cenas a los que se le invite.
Para mejorar niveles de colesterol, beneficios en el ritmo cardiaco, reparación de la masa muscular, eliminar la inflamación de articulaciones, ayudar en la reparación del cartílago, mejorar también el sistema inmunológico, de escudo contra el estrés, para prevenir enfermedades de hígado y cancerígenas, el aguacate debe ser bienvenido en tu vida.
En sí, la fruta contiene un montón de maravillas, entre vitaminas, aminoácidos y minerales.
Desde ácido fólico, vitamina E, Omega-6 y Omega-3, potasio, fósforo, hierro y magnesio, lo que lo hacen saludable hasta la pared de enfrente, y excelente complemento o ingrediente principal en tu mesa.
Por si esto fuera poco, la semilla también está llenita de fibra y aminoácidos, la puedes consumir de muchas formas, tostadas, rayada, rostizada y seca, la hechas a tu agua para té y listo, también así ¡va pa´ adentro!
Además, debes saber que el 70% de los aminoácidos del aguacate están concentrados en su típicamente desechado centro.
¡A mi me encanta en guacamole!
