Las películas épicas forman parte de la historia en industria de Hollywood y, por lo tanto, del cine mundial. Desde Cleopatra, Espartaco, Ben-Hur, o Los 10 mandamientos, los estudios vertían fuertes cantidades de dinero para lograr ambientar dichas producciones. En el año 2000, el género tuvo un renacimiento con una de las cintas más recordadas, más vistas y de mayores ganancias de ese año: Gladiador.
El reconocido cineasta Ridley Scott contaba ya con una gran reputación en el medio y, aunque no había podido igualar el éxito de Alien (1979) y Blade Runner (1982), sí tenía buenas cartas como Thelma & Louise (1991). O bien, también uno que otro fracaso de taquilla, como 1492 (1992) o G.I. Jane (1997).
Gladiador tiene varios aspectos a reconocer, como el que sea una historia original, no está basada en alguna novela, comic o videojuego (aunque sí en contextos históricos). El proyecto fue presentado a Scott, a quien le interesó filmar una cinta de época situada en la Roma antigua, pues tenía entre sus inspiraciones a las mencionadas Espartaco y Ben-Hur. La influencia de ambas es perceptible en Gladiador.
La cinta debutó el 5 de mayo en Estados Unidos y México. De inmediato colocó a Russell Crowe (Maximus Decimus Meridius) y Joaquin Phoenix (Commodus) como dos de los actores de mayor renombre en la industria. Además, dio reconocimiento a las carreras de Connie Nielsen (Lucilla) y Oliver Reed (Antonius Proximo), quien, por desgracia, murió durante la filmación y sus escenas tuvieron que ser terminabas con un doble y animación por computadora, una de las primeras veces que el procedimiento se usaba con ese fin.
La combinación de técnicas antiguas y nuevas, de décadas de evolución fílmica, así como una mezcla de buena fortuna, hicieron de Gladiador una de las películas más vistas de ese año 2000. A nivel mundial, recaudó más de 460 millones de dólares y en Estados Unidos, más de 187, contra una inversión de 103. En su país de origen, quedó en tercer lugar en el año, después de El Grinch (con Jim Carrey) y Misión Imposible 2 (con Tom Cruise). A nivel mundial, quedó sólo detrás de esta última.
Otro enorme acierto de Gladiador es la banda sonora, música exquisita compuesta por Hans Zimmer y Liza Gerrard.
Durante años se ha jugado con la idea de una secuela –o precuela- para este clásico del cine, e incluso existió un guion escrito por el músico Nick Cave (que fue eventualmente desechado por salir demasiado del concepto). A la fecha, hay interés por varios de los involucrados por resucitar la cinta, incluyendo a Ridley Scott y Russell Crowe. Conforme pasa el tiempo la propuesta se antoja más complicada. Tal vez se realice o tal vez no, pero lo más importante es que ya tenemos la primera para ver una y otra vez.
