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Espectáculos

El tiburón más feroz de la historia, a 45 años de su estreno.

El 20 de junio de 1975 se estrenó en Estados Unidos la que es considerada la primera cinta de verano, o “Summer Blockbuster”: Tiburón. En México, el estreno fue hasta 1976, el 16 de abril, hecho no tan singular en ese tiempo ya que el cine de Hollywood no se había globalizado.

Jaws, que en realidad quiere decir “mandíbulas” o “quijadas”, decíamos, se estrenó en verano en parte debido a que la temporalidad de la película es, precisamente, las vacaciones veraniegas cuando la gente acude a las playas y que es factor importante en la historia.

La película es muy interesante en varios sentidos, tanto en su impacto cultural como sociológico. La historia es vista a través de los ojos de un “foráneo”, el recién llegado capitán de policía Martin Brody (Roy Scheider) a la ciudad de Amity, una isla ficticia ubicada en el país del norte. Emigrado de New York (probablemente a causa de la inseguridad real que se vivió en los 70’s y que debió ser frenada con la implementación del operativo conocido como “tolerancia cero”), Brody, su esposa Ellen (Lorraine Gary) y su hijo, intentan hacer una nueva vida cuando inician los ataques de un tiburón formidable, tanto en tamaño como en conducta e inteligencia.

Brody no encaja, pues no es acogido por todos los habitantes, de visión limitada y habituados a convivir entre sí, sin mucha interferencia del “mundo exterior”. Por otro lado, el capitán sufre de talasofobia, que le impide adentrarse en las aguas y tomar acción. Sin embargo, no tendrá opción más que enfrentar su miedo con la –poca- esperanza de sobrevivencia.

La trifecta actoral incluye a Richard Dreyfuss como el biólogo marino Matt Hooper y a Robert Shaw como Quint, cazador de tiburones.

Tiburón es una historia de horror, pero no sólo por los ataques del animal, sino porque trata acerca de la negligencia, burocracia e ignorancia colectiva. Después de que se registra la primera muerte, el capitán Brody decide cerrar la playa al público, más por presiones de la alcaldía (con una gran actuación a manos de Murray Hamilton como el alcalde Larry Vaughn) esta se mantiene abierta, ya que la temporada de verano está a la vuelta de la esquina y con ello, los vacacionistas. Lo menos que desean es estar cerrados en vísperas de su fiesta nacional el 4 de julio y castigar la economía de la localidad. La presión es mucha y Brody accede; es hasta que se registra un nuevo y más impactante incidente, que las circunstancias cambian. La negligencia de Brody tiene repercusiones y es uno de los detonantes para tomar acción definitiva, tanto para frenar los ataques del tiburón, como de calmar el odio colectivo hacia la vida marina.

El personaje “principal”, el cetáceo apodado “Bruce”, ha sido referenciado en un sinfín de lugares, como el filme animado de Pixar Studios, Buscando a Nemo (Finding Nemo, 2003), donde conocimos al tiburón blanco vegetariano de mismo nombre.

La productora de televisión y cine, Bad Hat Harry del director Brian Singer, debe su nombre a una de las frases emitidas por el actor Roy Scheider en su papel de Martin Brody, cuando uno de los isleños se le acerca para hacer una mala broma sobre su miedo al agua. Brody sólo se limita a contestar: “esa es una fea gorra, Harry”, mientras aleja su silla para cortar la malograda conversación y poder tener mejor visión de la gente que disfruta de la playa.

Basta menos de minuto y medio al inicio para saber perfectamente lo que nos espera con esta película. Lo que podrían parecer, de otra forma, tomas para un documental acuático con cámara submarina (desde el punto de vista del tiburón) y los acordes inmortales del tema de John Williams, son suficientes para ponernos en modo “tiburón”. Bastan pocas notas y sólo unos cuantos instrumentos de tonos graves como el contrafagot para generar sensación de ansiedad. La banda sonora fue la entrada por la puerta grande para el compositor y director John Williams a quien después se le requeriría para escribir la música de un proyectito llamado Star Wars.

El efecto producido por el filme fue tan bueno –o tan malo- que reverberó durante muchos años. Se generó un miedo inusitado por los tiburones y los ataques en las playas, cuando estos fenómenos se registran poco. Al tiburón en sí se le etiquetó de uno de los asesinos más feroces de la naturaleza y la imagen colectiva que se creó fue la de una enorme bestia de proporciones inusitadas que debía ser exterminada. A la fecha, canales como Discovery Channel hacen una “semana del tiburón”, pues la popularidad del animal sigue siendo grande; sin embargo, una de las grandes fallas de dicho canal es que en ocasiones transmiten documentales falsos (llamados mockumentaries) sin alertar del hecho.

Es conocido el hecho que, el director Steven Spielberg no estaba satisfecho con el aspecto del tiburón mecánico y prefirió utilizar tomas evasivas o desde el punto de vista del animal para evitar terminar con la ilusión necesaria, apoyándose fuertemente en la edición. Además, optó por actores no tan conocidos en ese momento, pues quería dar la impresión de mayor realismo. El éxito de Jaws también significó el ascenso sin freno en la carrera de Spielberg.

El filme está basado en la novela editada en febrero de 1974 por Peter Benchley. En esta, se sitúa a la isla Amity cerca de Long Island en el estado de New York mientras que en la cinta no se especifica.

El aspecto histriónico del filme y el técnico, así como el manejo soberbio de cámaras o la edición (que le dio un merecido Oscar a la editora Verna Fields), serían tema para muchas otras columnas. Por hoy, terminamos disponiéndonos a disfrutar una vez más de Jaws, parteaguas del cine internacional a 45 años de su estreno.

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Iñigo Pérez

25 años en medios de comunicación, seguidor del comic (desde antes de que fueran "cool"), de la música, del cine y de las series. El arte se expresa de muchas formas... solo tienes que plasmar el tuyo.

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