A tan sólo 1000 años luz de la Tierra se encuentra el agujero negro más próximo; el Sistema Solar tiene un vecino del cual se acaban de percatar los científicos.
Ubicado en la constelación de Telescopium, el ente puede ser visto en el hemisferio sur del planeta. El equipo de astrónomos del Observatorio Europeo Austral, ubicado en La Silla, en Chile, vigilaban inicialmente el sistema HR 8919 como parte de un estudio de sistemas de estrellas binarios. Con lo que se toparon fue con un tercer objeto.
El recién descubierto agujero negro orbita en torno a una de las estrellas, mientras que la otra los orbita a ambos. El agujero puede ser visto sin binoculares ni telescopio en una noche obscura y lejos de la luminosidad de las ciudades.
Un objeto de este tipo es sumamente difícil de observar, debido a que sólo puede ser hallado por su efecto y no por su forma en sí. La alta emisión de rayos X que se generan de la destrucción que causa es lo que llega a ser detectado; por ello, es común que se pasen por alto.
El agujero que se ha detectado también difiere de otros en cuanto a que este no interactúa violentamente con su entorno y, por lo tanto, parece negro en verdad. El equipo de científicos calculó su masa al estudiar la órbita de la estrella aledaña.
Thomas Rivinius, científico del observatorio y líder del equipo de observadores, comentó que un objeto con una masa cuatro veces mayor a la del Sol, sólo puede denotar la existencia de un agujero negro.
Pocos fenómenos de esta naturaleza han sido descubiertos en nuestra galaxia; casi todos ellos interactúan con su medio y liberan enormes cantidades de rayos X.
Este reciente descubrimiento también abre la puerta para que una mayor cantidad de agujeros negros puedan ser encontrados en nuestra galaxia, la Vía Láctea. Incluso se cree que, en otro sistema un poco más lejano, el LB-1, podría encontrarse otro fenómeno de este tipo. A su vez, también podrían ayudar a descifrar cómo se llevan a cabo las colisiones estelares en sistemas ternarios.
