En varios aspectos, The Little Mermaid es la película responsable de que Disney sea una de las compañías más grandes del mundo.
Desde la muerte de Walt Disney en 1966, los estudios dejaron un poco de lado las películas animadas que tuvo como consecuencia un fuerte declive en la década de los 80’s. Seguían generando material en dos dimensiones, pero fue hasta el lanzamiento de La Sirenita que le verdadero renacimiento de Disney comenzó.
Las “princesas” se convirtieron en una de las principales fuentes de ingreso para la compañía, comenzando con la reinvención del cuento de Hans Christian Andersen que llegó a las salas de cine de Estados Unidos el 17 de noviembre de 1989 (el mismo día que en México).
La historia estaba en planes desde finales de los 30’s y era uno de los proyectos que Walt Disney deseaba producir, pero fue quedando relegado (unas seis décadas nada más). Se planeaba para una antología de cuentos animados de Andersen que fue pospuesta por primera vez debido a una huelga de animadores en 1941 y después, por la Segunda Guerra Mundial.
La adaptación, como otras historias de Disney, debía ser atenuada. Después de todo, la protagonista no podía quedar con el corazón roto, disuelta como espuma y ascendiendo a un plano divino, según la historia original.
Con final feliz, la cinta también representaba un regreso a los musicales que habían dado a los estudios grandes éxitos como Mary Poppins. La unión resultó en una mezcla perfecta, representó el inicio de una racha ganadora de premios Oscar para Mejor Canción Original y Mejor Score Original, misma que seguiría con las siguientes cuatro películas: La bella y la bestia (1991), Aladdín (1992), El rey león (1994) y Pocahontas (1995). Además, el disco con las canciones se vendió como pan caliente, una tradición perdida durante muchos años en la productora.
Otro movimiento con esta cinta fue particularmente acertado: la promoción tras la retirada de cartelera. The Little Mermaid se vendió en una gran cantidad de formatos caseros, lo que generó enormes ventas desde las cintas Beta y VHS hasta el entonces nuevo formato del disco láser. Mientras que esto implicaba la reducción de los lanzamientos periódicos en cine de sus películas, también significaba una permanente disponibilidad para el público cautivo.
El inicio de marketing de las Princesas Disney también fue la inclusión del mercado de pequeñas niñas que no tenían muchos medios de entretenimiento dedicados a ellas. Se comercializaron todo tipo de artículos y las habitaciones de las pequeñas ahora estaban repletas de parafernalia bajo la licencia de la compañía.
La última película de Disney basada en un cuento de hadas había sido La bella durmiente de 1959. Con la sirena Ariel como toda una nueva marca, surgieron también series de televisión, secuelas y hasta obra en Broadway, así como todo tipo de ideas que tenían la finalidad de crear una franquicia. Actualmente se prepara una versión con actores reales.
Es así como hace 30 años The Little Mermaid rescató a uno de los estudios tradicionales de cine en Estados Unidos, que posteriormente se convertiría en una de las compañías más poderosas de todo el mundo.
Me encantó la reseña, sin duda de mis favoritas de Disney!
Muchas gracias! Es una película muy importante para Disney.