De pena, vergüenza y cero reflejo de la clase alta mexicana.
Hace pocos días se estrenó en Netflix “Made in Mexico”, un reality show con formato de serie que, en pocas palabras, deja mucho que desear. Se pretende ilustrar la clase alta de la sociedad mexicana, pero resulta que quienes participan, no son más que los típicos wannabe, además de decir en todo momento en lenguaje “pocho”, injustificado todo el tiempo que, tienen la camiseta de mexicanos bien puesta.
Desde pseudo fundadores de México, decrecientes del gran tlatoani Moctezuma Xocoyotzin, miembros de la familia Checa, una política filántropa que tiene el ego por el cielo, conductores de televisión que ni fu ni fa y otros personajes, son quienes integran el grupo que refleja, según su juicio, lo que es vivir en el sufrimiento de ser de la clase alta en el país.
Para comenzar y para terminar, porque no hay mucho que escribir sobre ello, una sociedad clasista, elitista, con situaciones forzadas, sin calidez de mexicano, ni calidad de aristócrata, no son el reflejo de la masa del poder, tampoco las calles hiper limpias, la ciudad sin tráfico, las ventanas pulcras y los festivales perfectamente montados por las calles del centro, los días soleadísimos y sin contaminación, terminan siendo un punto en el que sabes que la producción está retratando todo, menos un reality show.
Las opiniones de quienes han decidido a conciencia, como yo lo hice, invertir a fondo perdido 1 hora de nuestras vidas, son muy parecidas, el morbo está, pero no es suficiente para mantener una audiencia que busca contenido relevante. Además de saber que quienes realmente forman parte de la alta alcurnia no son, ni pintan en poco lo que en la “serie” se refleja.
