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Espectáculos

The Matrix- A 20 Años.

Dos décadas han pasado desde que Matrix llegó a los cines. No sólo convirtió en estrellas a Keanu Reeves, Carrie Ann-Moss, Laurence Fishburne y a Hugo Weaving, sino que marcó toda una época tanto en narrativa cinematográfica, como en efectos especiales y la estética en sí.

La historia, de los hermanos Wachowski (ahora hermanas), tenía influencias de todo tipo. Desde el manga (comic japonés) hasta la más pura filosofía Kantiana, Matrix es una historia futurista que no sólo entretiene, sino que nos pone a reflexionar.

Un experimento platónico es llevado al celuloide en el que lleva a un individuo a descubrir la realidad a su alrededor. Esto lo pone por encima, pero a la vez, le otorga una responsabilidad. Joseph Campbell lo expuso hace mucho y cineastas como George Lucas lo plasmaron en sus historias. El héroe renuente debe asumir su papel exponiéndolo todo.

El señor Anderson (Reeves) despierta a la inversa. El sueño es la “realidad” y la realidad, pesadilla. Es Morpheus (el dios griego del sueño -morfeo significa “forma”-, pero en una versión carnal interpretada por Fishburne) el encargado de llevarlo de un plano a otro. En el transcurso de la historia -y usando otra alegoría-, somos testigos de cómo el aprendiz se convierte en maestro. Los límites están en la mente.

Todo este concepto en el que resulta que el mundo real no es más que una simulación de computadora (otra popular teoría científica) y que la humanidad -salvo algunas parias- se han convertido en carne de cañón, es realizado de una manera magistral. Lo que podría parecer una colección de clichés, en realidad es una lección que nos dice que lo que importa es la manera en que se relatan las historias.

Los personajes están perfectamente diseñados, tanto exteriormente como en su interior y nos hacen involucrarnos en el argumento. La acción es perfectamente llevada a cabo y las secuencias eran espectaculares para su tiempo. Matrix es una lección de buen cine que dejó marca. Fue de las pioneras en el uso de filtros de colores, como en las secuencias del mundo cotidiano que, con tintura de verdes, nos decían subliminalmente que lo que vemos es parte de un sistema operativo.

La música instrumental, el electrónico y el rock son parte de este paquete conceptual. Nos habla de la dureza de la realidad, lo áspero de un despertar y nos empuja a tener una actitud hacia la vida. La reinvención es constante y debemos aspirar a dejar las ataduras para convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos.

Renacer no es fácil, requiere sacrificio. Pero al final, habrá valido la pena.

20 años después, Matrix sigue siendo relevante tanto en el fondo como en la forma. Y sólo basta un click para recordarlo.

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Iñigo Pérez

25 años en medios de comunicación, seguidor del comic (desde antes de que fueran "cool"), de la música, del cine y de las series. El arte se expresa de muchas formas... solo tienes que plasmar el tuyo.

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