El cocreador de Asterix y Obelix, el artista francés, Albert Uderzo murió este martes 24 de marzo de 2020 a los 92 años. La familia dio a conocer la noticia, así como la causa, una falla cardiaca. También anunciaron que el dibujante y escritor murió en su casa en Neuilly-sur-Seine, en París.
Alberto Aleandro Uderzo nació el 25 de abril de 1927 en Fismes, Francia. En 1951 conoció al escritor y editor René Goscinny, se hicieron amigos y en 1952 ya trabajaban juntos. Crearon el personaje Oumpah-pah le Peau-Rouge, un nativo norteamericano. El strip fue publicado finalmente en 1958 como parte de la revista Tintin.
El 29 de octubre de 1959 aparece por primera vez Obelix, en el comic francés Pilote, que inició publicación ese mismo año (y existió hasta 1989).
Asterix y Obelix se convirtió rápidamente en uno de los comics más famosos en todo el planeta y sus creadores, en una de las mancuernas creativas más respetadas del medio. Uderzo fue un dibujante autodidacta y con su estilo inspiró a miles de niños en todo el mundo para adentrarse en la magia de la ilustración. Tras su muerte, varios creadores de comic se han pronunciado como los franceses Paul Renaud y Olivier Coipel, así como los españoles Carlos Pacheco y Ramón Rosanas.
Desde 1959 y hasta 2019, Asterix y Obelix han vendido más de 380 millones de copias en el planeta y se ha traducido a 111 idiomas, incluido el latín.
Goscinny murió en 1977, cuando tenía 51 años, también a causa de una crisis cardiaca durante una prueba de resistencia. Entonces, Uderzo tomó el mando del comic, un movimiento polémico ya que muchos fans se pronunciaban por que se le diera final a la historia.
Fue hasta 2011 que el dibujante entregó las riendas al escritor Jean-Yves Ferri y el dibujante Didier Conrad, quienes han lanzado cuatro volúmenes desde entonces (del 35 al 38). Por su parte, la pareja original creó los primeros 24 volúmenes, mientras que Uderzo hizo por su cuenta 8. Otro par de volúmenes, según el orden, el 32 y 34, son recopilaciones de historias cortas en las que participan sus dos creadores.
Como pasa en estos casos, se va el hombre, pero su obra permanece. Y si bien, Asterix y Obelix, los famosos galos han perdido ya a ambos padres, permanecen como testamento de la imaginación de esos dos genios.
