Muchos de nosotros, si acaso, los conocimos con una canción: Owner of la Lonely Heart, éxito musical de octubre de 1983, una de las canciones que definieron aquella década. Y también para muchos, eso fue todo. El grupo que la interpretó, Yes, pasó a la historia como un One-Hit Wonder, una banda de un solo éxito.
No hay nada más alejado de la realidad. Sí bien es cierto que fue la única canción de ellos en entrar a las listas de popularidad en todo el mundo, Yes es una de las bandas de rock más importantes, longevas y de las menos conocidas a nivel comercial. Aun así, cuentan con decenas de miles de seguidores por todo el mundo.
La comercialidad nunca ha sido su objetivo, si bien tuvieron una breve etapa comercial a inicios de los 80’s en la cual experimentaron con canciones más cortas y sencillas, pensadas para competir en el rock pop.
Yes es un grupo de rock progresivo que sigue vigente, activo y no sólo eso, sino que su primer disco de estudio cumple ya los primeros 50 años de vida.
Yes, disco homónimo del grupo inglés, llegó a las tiendas de aquel país, el 25 de julio de 1969. Tuvo un moderado recibimiento en Inglaterra, pero llamó la atención en Estados Unidos. Según se puede apreciar, el sonido de Yes es crudo aunque todos sus elementos importantes son distinguibles.
La estructura es la convencional de un álbum de pop o rock: ocho canciones con una duración total de menos de 45 minutos. Como su elemento era el vinil, contaba con cuatro canciones por cara. Los sencillos fueron Sweetness y Looking Around; sin embargo, el track que sobrevivió al paso del tiempo (al ser incluido en presentaciones en vivo y colecciones) es el último del Lado B: Survival.
Survival también contiene la mayor esencia de Yes y era presagio de lo que vendría después. Una de las características de la agrupación es la complejidad musical, a veces arreglos barrocos o bien, demasiado libres, al estilo del jazz. Puede ser duro como el hardbop o sencillo y con sentimiento, como el jazz vocal.
Otra característica de Yes –como grupo en general- es que pueden ser casi atmosféricos o tener canciones que se escuchan como popurrís, con varios cambios de ritmo. La duración no importa, pueden ser desde un minuto de duración o de media hora. El resultado es el mismo, un deleite.
Regresando a nuestro tópico, Yes, en este primer disco, se escucha como un grupo en el que sus integrantes se van conociendo y acoplando. Su alineación primera, consistente de Jon Anderson (voz, percusiones), Peter Banks (guitarras, coros), Chris Squire (bajo, coros), Tony Kaye (órgano, piano) y Bill Bruford (batería y vibráfono) no permanecería junta por mucho tiempo –de hecho, otra de las características de Yes es la gran cantidad de excelentes músicos que ha pasado por sus filas, dejando cada uno una huella única-, pero nos entregaron un disco digno de recordar y celebras a cinco décadas.
Especial atención merecen dos covers: I See You, dada a conocer por The Byrds, la cual Yes mantiene casi literalmente, sólo reinterpretándola.
El otro cover es un clásico de The Beatles: Every Little Thing. Este resulta mucho más interesante, porque es una mezcla de rock, jazz y progresivo. Yes la hace propia sin dejar de rendir tributo al cuarteto de Liverpool. Improvisaciones de batería, guitarra y teclados muy libres y rockeros, dan paso a la canción que conocemos, a sus fraseos, estrofas y coros, no sin antes pasar por la línea de bajo de Daytripper. Al final, una rica mezcla de Beatles y Yes nos dejan con un poco más de ganas. Y aunque no hicieron muchos más covers, este se queda como un consentido.
En general, todo el disco vale la pena ser escuchado. Si quieres conocer algo muy distinto de una época que ya se fue, pero que dejó marca y constituye la base del, Yes (de Yes) es un perfecto ejemplo. Un disco experimental y con propuesta, que tanta falta hace hoy en día.
