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Nueva carrera armamentista a la vista

El cambio de giro era inminente

Hemos visto desde principios de año como las grandes potencias mundiales han volteado sus ojos al negocio del armamentismo nuevamente, como un tema fundamental para la activación de sus economías. El terrorismo ha pasado a segundo plano en las agendas internacionales de EEUU, Rusia, China, Irán y Corea del Norte.

Los especialistas hablan de 3 puntos fundamentales en el acontecer mundial que detonan estos cambios, toman como fundamento para el cambio en sus políticas armamentistas:

  1. Guerras civiles en África; auspiciadas en armamento por las grandes potencias.
  2. Guerras civiles en medio oriente, Siria y Yemen.
  3. Crecimiento armamentístico de China.

Han agudizado la rivalidad de las principales potencias munidas, y con esto, puesto nuevamente en el punto medular económico el comercio mundial de armas. De acuerdo a Pieter Wezeman, investigador del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés), mueve US$100.000 millones al año.

Vladimir Putin en marzo del 2018 anunció sobre sus nuevas armas de alta tecnología, en las que el Kremlin está trabajando, sin duda deja entre ver que las grandes potencias están apostando a la carrera armamentista como jugoso negocio e inversión, que suponen miles de millones de dólares anuales, que permitiría obtener crecimiento y estabilidad económica a sus respectivos países.

Pero, ¿por qué ha resucitado el negocio de las armas? ¿Por qué China, EEUU y Rusia los colocan como parte fundamental de sus políticas económicas?

Desde el punto de vista de la comunidad internacional, el terrorismo ha perdido su valor, ha pasado a dejar de tener ese factor de miedo, acostumbradas ya a las imágenes de ataques y víctimas que, no les están significando el apoyo de las sociedades a las políticas públicas contra el terrorismo, por lo que, el cambio de giro era inminente.

Los cambios en las políticas armamentistas de estos países, nos hacen pensar que esta carrera va viento en popa desde hace un par de décadas, pero que hoy es más que notorio.

Estados Unidos y Rusia, principalmente, se están olvidando de los tratados internacionales, firmados desde la guerra fría, para evitar el desarrollo de armamento balístico de gran capacidad de destrucción; agregando el último Tratado sobre el Comercio de Armas que entró en vigor en 2014, con el fin de regular “el comercio internacional de armas convencionales, desde armas pequeñas hasta carros de combate, aeronaves de combate y buques de guerra”. Confirmando así que la jurisprudencia de los tratados internacionales no son obligatorios de aquellos Estados que las firman, dicho con otras palabras, los países firmantes pueden o no cumplirlos sin repercusión de carácter legal.

Sin duda, nuevamente se está armando el ajedrez mundial entorno a la competencia armamentista, y ya hay algunas fichas del tablero que están siendo movilizadas por sus jugadores. Para algunos la batalla se encuentra en progreso, pero ninguno lleva la ventaja.

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