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Bienestar

Cómo decirle bye a la cruda realidad

Hay una serie de ritos deliciosos que sí te ayudan, pero hay otros que de plano te joden más, ¡ponte atento!

Lo que no puedes hacer neta es conectarla, si continuas ingiriendo alcohol, aunque los rumores y tu placebo diga que funciona, no es verdad, más alcohol a la fórmula no hará que se pasen los malestares. También, aléjate de las garnachas, el alcohol se procesa a través de las mismas vías metabólicas que las grasas, así que no es buena idea sufrir exceso de tráfico en esos sitios.

Adiós cigarro, cuando fumas, el humo produce acetaldehído, químico que hace aún más evidentes y fuertes los síntomas que ya te cargas. Aunque no lo creas, el café no es tu amigo en ese momento, recuerda que es diurético, una taza te servirá para provocar acidez, náuseas, taquicardia y agitación… repite esto: la resaca y el café no son amigos.

Pero,  ¿qué tal una naranja?, es rica en vitamina C, una aliada para el hígado, pues le ayudará a metabolizar el alcohol, ojo: estamos hablando de la fruta, no del jugo. Otro que te puede tirar paro es el plátano, pues la vitamina B6 más el potasio le dicen bye a las náuseas y la acidez. Y si al plato del desayuno le agregas cacahuates, ¡ya la hiciste! pues le abres la puerta a la niacina que también ayuda a metabolizar el alcohol.

Ahora, ya sé que estás pesando ¿y ahora qué puedo tomar?, la respuesta es simple: agua de coco, te aporta nutrientes y electrolitos para rehidratar tu puerquecito. Y si de plano sigues con hambre, éntrale a la sandía, también es rica el agua, con azúcar suficiente para la recuperación. ¡Ah! eso de que tu cuerpo entra en shock porque la sandía es fría y tu pancita está caliente es puro cuento, antes de llegar a tu estómago, pasa por otro proceso, relax.

La última y nos vamos, los chilaquiles son solo un placebo, no ayudan en nada, recuerda: agua, frutas y verduras.

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