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Bienestar

Gamificar… el truco de los maestros para motivar estudiantes

Gamificar las actividades del aula puede ser un método captar la atención y motivar estudiantes, en medio de un contexto lleno de distractores como las redes sociales.

Este camino descarta la educación coercitiva y basada en el castigo. Promueve la motivación, la participación activa, la recompensa y la competencia social como un camino para el aprendizaje.

La maestra mexicana Cristina Niño Navarro (Miss Criss), Directora General de Hediec Digital participó en el Congreso Internacional de Educación.

En este evento explicó que al trasladar la emoción del juego a las aulas, se logra una cooperación importante entre alumnos y profesores.

Esto propicia que ambos actúen como un verdadero equipo, donde el estudiante obtenga aprendizajes significativos.

“¿Cuántas veces nosotros, los docentes, batallamos para que los alumnos participen y quieran pasar el pizarrón?”, cuestionó la académica.

“Si tenemos esta situación en el aula significa que los chicos no están suficientemente motivados y que, incluso, perciben cierta amenaza”, agregó.

Una respuesta para crear un ambiente seguro, en el que los alumnos se sientan tranquilos, confiados y con ganas de aprender es la gamificación, afirmó la Cristina Niño durante la charla Gamificación en la educación virtual.

Como en todo juego, hay recompensas. Sobre esto, Cristina Niño destacó que es importante dejar de lado las recompensas físicas como dulces.

Este mecanismo hace que el alumno participe para ganar el premio, no por aprender. En cambio, cuando las recompensas son como en los videojuegos se logra motivar para aprender.

Estos incentivos pueden ser ganar el derecho de elegir a los integrantes de su equipo para el siguiente reto. Otra opción es dar 10 min más para resolver un examen, u otros que se relacionen con el aprendizaje.

Seis pilares para gamificar 

Durante su participación, Cristina Niño Navarro explicó los seis pilares psicológicos en que se sustenta la gamificación:

  1. Motivación intrínseca: Es el ámbito que se conecta con el circuito de recompensa, que es el que propiciamos cuando motivamos a los estudiantes, estos segregan dopamina y quieren aprender por sí mismos. La recompensa siempre debe estar alineada a la parte académica. 
  2. Competencia social: También es importante trabajar en este pilar, porque el alumno como todo ser humano, tiene la necesidad de ser reconocido socialmente. 
  3. Retroalimentación inmediata: Al cerebro le gusta tener claridad sobre su desempeño, quiere saber si el camino que eligió es el mejor o si sería conveniente ir por otro lado.
  4. Narrativa: Es fundmental considerar la narrativa, influir en los alumnos en el sentido de que se sientan en una inmersión y una experiencia. 
  5. Equipo: El propósito es lograr que el alumno sepa que el docente está a su lado y no contra él y que son parte del mismo equipo. 
  6. Desafío progresivo: El alumno tiene que saber que está avanzando y que lo está haciendo mejor cada vez. 

Cristina Niño Navarro invitó a transformar la narrativa de los docentes sobre la equivocación y el fracaso.

Es seguro que los alumnos van a cometer errores; no obstante, eso es deseable, ya que sin error no hay aprendizaje.

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