En la NFL, lo que era fiesta y algarabía por los festejos de los Chiefs, terminó en tragedia y desolación.
La marea de alegría que envolvía las calles de Kansas City tras la épica victoria de los Kansas City Chiefs en el Super Bowl LVIII se transformó abruptamente en horror cuando un estampido de disparos resonó en el aire, dejando una estela de caos y tragedia en su alrededor.
El sol aún iluminaba los rostros jubilosos de los fanáticos congregados en Union Station, el corazón de la celebración, cuando el terror se apoderó de la escena, en un estacionamiento próximo, el estallido de armas de fuego interrumpió la algarabía, convirtiendo la festividad en una pesadilla.
Las calles, antes llenas de porras y festejos, se tornaron en escenarios de desesperación y confusión, el sonido de los disparos fue seguido por el caos, con personas corriendo en todas direcciones, buscando refugio y tratando de protegerse de la furia indiscriminada de la violencia.
Las autoridades, desplegando una respuesta inmediata y coordinada, se lanzaron al área para contener la situación, mientras tanto, los gritos desgarradores de los heridos resonaban en el aire, mezclados con el clamor de sirenas y el sonido constante de helicópteros sobrevolando la escena.
A medida que el tiempo comenzó a transcurrir se asentaba y la magnitud de la tragedia se hacía evidente, los informes comenzaron a filtrarse.
Al menos una persona perdió la vida en el tiroteo, con más de una decena de individuos heridos, algunos de ellos de gravedad.
Entre los heridos se encontraban aquellos que habían sido alcanzados por las balas y otros que habían sufrido lesiones en las tumultuosas estampidas provocadas por el pánico.
Después del tiroteo en la ciudad Kansas City, se informó que la policía detuvo a “dos personas armadas“, aunque no se proporcionaron detalles sobre si eran los autores del tiroteo.
Mientras las autoridades trabajaban arduamente para investigar el incidente y asegurar la zona, la ciudad de Kansas City quedaba envuelta en un estado de shock y conmoción; el mariscal de campo de los Chiefs, Patrick Mahomes, tomó las redes sociales para expresar su pesar y solidaridad con la ciudad que tanto ama.
