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Arriesgar y ganar, arriesgar y perder, ese es el dilema

Cuántas veces estás dispuesto a arriesgar aún sabiendo que puedes perder, mejor aún, ¿cuántas veces has perdido tu inversión?

En muchos casos, emprendedores invierten una parte o todo su capital para iniciar y darle vida a un proyecto, esa empresa que quizá no pasará de los 5 años, como uno de los promedios marca, adentrarte en el mundo del emprendimiento es como tomar un barco y navegar mar adentro, encontrarás tormentas, buen viento y clima, tempestades y si sabes sortearlas, llegarás a buen puerto con tu cargamento completo y mucho conocimiento, ¿pero y si no?, ¿sabes reconocer el fracaso?

En el reconocimiento está el aprendizaje, hay que tener claro que no todas las empresas durarán la eternidad que quieres para ellas, porque además del entusiasmo, existen varios factores que son decisivos para el naufragio, como no tener un plan de negocios, tener oportunidades limitadas, no generar ingresos, falta de experiencia, mucha competencia, olvidarte del marketing, no ser realista con los recursos, no pensar en el registro de la marca y claro, la más importante y difícil de reconocer, darse por vencido muy pronto.

40% de las nuevas empresas truenan por falta de recursos para que sus dueños vivan de forma básica; y el 65% de las micro y pequeñas empresas mueren antes del 5º año, otro tanto, durará sólo 8 años (INEGI). Apégate a un plan de negocios que incluya de forma clara un plan financiero, incluso un seguro contra desastres.

¿Y entonces?

Para comenzar a emprender debes tatuarte en el pecho que el mar nunca será el mismo, cada experiencia, cada viaje es distinto, aunque tienen similitudes, no significa que el trayecto estará calcado. Con ello, tu idea de negocio, necesita además de tu alma, inversión y atención, apertura y definiciones, pues deberás aprender de expertos cada consejo y tener muy claros los objetivos en una realidad muy bien aterrizada.

 

Lo que a unos funciona, a otros también pero no de la misma forma o con la misma intensidad, incluso en una franquicia, pueden existir situaciones que harán quebrar el negocio si bajas la guardia.

Y es aquí cuando sin pensarlo, debes estar acompañado de gente con experiencia, escuches situaciones y analices, pues cuando menos te lo esperes, una tormenta estará a punto de destruirte el barco o impulsar su velocidad, todo dependerá de qué tan buen aprendiz de navegante seas, la clave está en los detalles.

Arriesgar y perder la inversión son parte del día a día de un emprendedor, la diferencia de él y el resto es que, cada intento, fracaso o naufragio, le dejan un mar de conocimientos que hacen que los errores en la siguiente sean menos…

 

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