Como dicho popular y también como era de esperarse, los estragos económicos que nos ha traído la contingencia sanitaria por covid-19, aún no han terminado, y parece ser que será un panorama difícil por no decir complicado, pues el índice de morosidad aumentó ligeramente en el 2020, cerró en 2.56%.
El año pasado, la demanda de crédito sufrió y este año, continuará, son más los que deben créditos hipotecarios, préstamos personales y de otro tipo.
Según el Banco de México, del 2019 al 2020, el porcentaje de cartera vencida aumentó un 19.8%, que se traduce en más de 72 mil 500 millones de pesos.
En tarjetas de crédito, préstamos personales, de nómina y consumo duradero, el saldo vencido al 2020 era de 39 mil 272 millones de pesos.
La vivienda registró un monto de deuda en los 33 mil 257 millones de pesos.
Por otro lado, los bancos en México han generado estrategias, en las que se reestructura el pago de las deudas de 1 millón 339 mil 930 clientes, de los cuales 919 mil 203 créditos o el 69% del total, fueron de consumo y vivienda.
Ahora, si bien los bancos también aseguran que las estrategias están funcionando y los clientes poco a poco han retomado sus pagos, esto no ha logrado que los números del índice de morosidad bajen considerablemente.
