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Comics

Green Lantern, Green Arrow y las drogas.

Hay algunos lectores que dicen que los comics no deben ser políticos ni expresar ideas sobre temas sociales.

A su vez, aseveran que los creativos de comics deberían atenerse a su disciplina y no opinar en otros tópicos, aunque lo hagan en sus redes sociales.

Estas aseveraciones no podrían ser más erradas. Desde sus inicios, el medio del comic ha sido caracterizado por la denuncia y la crítica.

En Latinoamérica y en todo el mundo, la crítica social es parte de la caricatura. Incluso antes de que los medios impresos tuvieran gran alcance.

Una etapa marcada por la política

En 1970, comenzó una de las etapas más políticas en un comic de superhéroes.

El escritor Denny O’Neil (quien murió en 2020) y el dibujante Neil Adams (que cumplió 80 años en 2021) hicieron historia al ingresar a Green Lantern, siendo sucesores inmediatos de los creadores de Hal Jordan y la nueva mitología del héroe espacial, John Broome y Gil Kane quienes dejaron el título con el número 75. El editor Julius Schwartz eligió a la nueva mancuerna.

La primera aparición de la pareja fue el número 76 de Green Lantern, publicado el 24 de febrero de 1970. Con solamente 14 números, la pareja se distinguió por lo avanzado de sus historias, con realismo tanto en temática como en el arte; se dice que difícilmente ha sido igualado.

O’Neil y Adams no pierden tiempo y desde las primeras páginas hacen evidente que se trata de un comic distinto, desprovisto de los elementos espaciales característicos de Hal Jordan y las Linternas Verdes.

Hay cuestionamientos sociales y raciales, profundos, críticos e incómodos. Van de lo espacial a lo urbano.

Para crear un contrapeso al héroe galáctico, se apoyan en otro personaje de color verde: Green Arrow. Oliver Queen es ácido, amargo y brutalmente honesto.

A su vez, la visión de otra adición, la de Black Canary, nos permite ver que las cosas no siempre son blancas o negras, a veces pueden ser en distintos tonos de verde.

Es en el número 85, publicado el 24 de junio de 1971, donde se aborda un tema actual –tanto entonces como ahora-: el abuso de las drogas por parte de los jóvenes. Es el protegido de Green Arrow, el otrora miembro de los Teen Titans, Speedy o Roy Harper, quien cae en la enfermedad y el abuso de heroína.

Stan Lee propuso el mismo tema meses antes en Amazing Spider-Man, cuando el amigo de Peter, Harry Osborn, es descubierto utilizando droga para mitigar sus tristezas, decepciones y dolores. En el caso de Speedy, no se trata de un personaje de apoyo, sino de un héroe al que muchos jóvenes lectores seguían. El impacto es innegable.

La historia culmina al número siguiente, en Green Lantern/ Green Arrow (se había cambiado el nombre del comic para agregar al segundo superhéroe).

O’Neil y Adams permanecerían solamente por tres números más (aunque darían cierre a su breve etapa en otro comic, utilizando espacios de ocho páginas, en Flash #217 al 219 y Flash #226).

Inmediatamente después a la historia de las drogas y de cómo Speedy sale de ellas, habiendo sido una de sus víctimas, O’Neil y Adams presentaron en Green Lantern/ Green Arrow #87 a un personaje que resultaría ser muy popular: John Stewart, tercer Green Lantern de la Tierra (el segundo era Guy Gardner).

El nivel artístico de la dupla O’Neil y Adams es reconocido a la fecha, 50 años después de la publicación de las tribulaciones de Roy Harper en Green Lantern/ Green Arrow #85 y #86, así como por sus colaboraciones, permanentemente impresas debido a su alta demanda.

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Iñigo Pérez

25 años en medios de comunicación, seguidor del comic (desde antes de que fueran "cool"), de la música, del cine y de las series. El arte se expresa de muchas formas... solo tienes que plasmar el tuyo.

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