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La muralla árabe de Madrid

El avance de la Historia no siempre es respetuoso con sus vestigios. Los pueblos que llegan suelen sacar provecho de los que los precedieron. Por ejemplo, en las construcciones. Ahí está el Coliseo, cantera para otros monumentos de Roma que han sido levantados con sus piedras.

En ocasiones, la forma de maltrato que reciben las huellas del pasado es el olvido. Durante siglos, algunas edificaciones han desaparecido sepultadas ante otras nuevas, y es la casualidad la que las ha rescatado de ese anonimato.

Algunas excavaciones para el mantenimiento algún edificio, o la construcción de otro, han tenido como resultado el hallazgo de joyas arquitectónicas que en parte han podido ser recuperadas. Es el caso de la muralla árabe de Madrid.

Próximos a la cumbre de la Cuesta de la Vega, a un costado de la catedral de La Almudena, se encuentran estos restos del origen musulmán de la capital española.

Encajonados entre las edificaciones modernas que se han sido sucediendo, pero felizmente a la vista. La muralla árabe se construyó en el siglo IX y ese es su tramo más visible.

Junto a ella se inauguró en 2010 el parque de Mohamed I, emir de Córdoba entre los años 852 y 886, a quien se considera fundador de la fortaleza en la que Madrid hunde sus raíces.

Su cercanía a monumentos como el Palacio de Oriente es una razón más para visitar esta huella de la Alta Edad Media, de gran valor arqueológico.

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Manuel Vega

Escribo en periódicos. Ahora en @ElFarodeMelilla y updatemexico.com. Interesado en la Historia, la política internacional, los viajes y el deporte.

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