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El súperpoder de las madres y su resiliencia ante el mundo

El poder de las madres es procurar a sus hijos ante cualquier situación, en este artículo hablaremos de la resiliencia que las mujeres desarrollan al ser madres.

Cuando mencionamos la palabra madre, muchos significados pueden venir a la mente, en especial la conformación del personaje que consiste en ser madre en Latinoamérica, en especial en México.

Ser madre es estar en constante lucha por mantener a flote a los hijos a pesar de los problemas, ya que en el imaginario consideramos a las madres como heroínas ante la protección y los cuidados que otorgan no solamente a los hijos, sino también a las personas a su alrededor, una labor que no está lo suficiente reconocida como un trabajo.

El origen de la palabra ‘madre’

La palabra ‘mamá’ es una de las primeras palabras que como infante pronunciamos por primera vez, esto debido al reconocimiento que hacemos al saber que una persona nos cuida, nos procura y mantiene. Este rol ha sido asignado a las mujeres debido a las condiciones sociales en donde se ha mantenido una división entre el acceso a los cuidados como hombres y mujeres.

Debido a que la palabra ‘mamá’ es una de las primeras palabras que se pronuncian, se ha visto que esta palabra es pronunciada de manera muy similar en varias lenguas, inclusive con aquellas donde no tienen una relación de origen como sucede con las lenguas romances que tienen su denominación del latín y a la vez en el indoeuropeo.

La palabra ‘madre’ viene del latín “mater” que significa materia, matriz y la palabra “mamá” viene del latín “mamma” que significa teta y también de amma (amor).

La madres en México

El concepto de madre no constituye solamente en una premisa justificada en un acto natural, sino que es una construcción sociocultural definida y organizada por prácticas y discursos que están impuestos dentro de la concepción de género.

Como mujeres, el concepto de maternidad se vuelve un peso bajo los hombros debido a esos preceptos sociales que se imponen en el desarrollo plenos de las mujeres, por lo que muchas concepciones están atañidas al propósito de ser madre y relacionarlo con la “realización personal”, algo que no se define por ser o no madre.

Por otro lado, la responsabilidad de convertirse en madre es una decisión que solo incluye a la persona que desea o no ser madre, pues la presión social impuesta a las mujeres que no desean tener hijos las critica y marginaliza por escoger otro camino.

Por otro lado, en México la responsabilidad compartida en una pareja que tiene hijos es baja, al igual que el índice de abandono de padres que no son responsables y no participan en la educación activa han creado que las mujeres carguen no solo con el proceso de educación y crianza, sino que además lleven a cabo la responsabilidad de los cuidados y el mantenimiento del hogar.

En consecuencia, las mujeres que son madres cumplan estándares más altos que la sociedad le ha impuesto y que se espera que lo hagan bien, pues aquellas que no pueden con todo se les juzga y se les considera “malas madres”.

En México hay 38 millones de mujeres que son madres y el 11% de ellas son madres solteras. Para el cuarto trimestre de 2022, siete de cada diez mujeres están ocupadas en alguna actividad económica. Además, el 48% de las madres solteras son jefas del hogar.

La resiliencia materna

Una de las condiciones que compone el imaginario de las madres es la resiliencia con la que cuentan para enfrentarse a la vida. La resiliencia hace referencia a la capacidad del individuo para adaptarse de forma positiva ante la adversidad.

La capacidad que las mujeres tienen, en especial las madres ante la adversidad que enfrentan, sea social, económica, cultural, entre otras. Muchas veces las madres se ponen se escudo para proteger y procurar una vida de calidad de sus hijos, algo que se complica más cuando las condiciones predispuestas ponen a prueba la capacidad de sostenerse en un mundo que complica las condiciones de vida de las mujeres por razones de género.

Desde el embarazo, la madre crea un lazo intangible con sus hijos que inclusive se desarrolla de manera inherente, tal es el caso de la conexión que crean con sus hijos desde el vientre, los cambios físicos como la agudeza auditiva y visual que se forman mientras sus crías van creciendo lo ha vuelto de cierta manera un poder ante las madres.

De igual forma, se anteponen su vida por la de sus hijos, ya que a veces no nos detenemos a pensar en las madres no somo eso, sino como mujeres.

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Mar

Escritora, redactora. Egresada de la carrera de Lengua y Literatura Hispánicas, fui parte de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM. La escritura es el camino y la meta, y siempre estoy pensando con palabras.

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