Tuvieron que pasar 165 años para que México volviera a ser testigo de uno de los fenómenos atmosféricos más fascinantes que existen como lo son las auroras boreales.
Desde la tarde del 10 de mayo, nuestro país ha sido uno de los privilegiados —junto con Reino Unido, Canadá, Estados Unidos, España, entre otros— en tener impresionantes avistamientos de auroras boreales, las cuales se han generado por una fuerte tormenta solar de categoría G4.
Esos espectáculos de luces brillantes y colores radiantes es común que se vislumbren en los cielos de países del norte del planeta. Sin embargo, en entidades como Chihuahua, Zacatecas y Jalisco se pudieron observar estelas de luces rosadas y púrpuras, adornando la noche de miles de personas que quedaron maravillados con la sorpresiva visita.
Uno de los avistamientos más deslumbrantes ocurrió en Ciudad Obregón, Chihuahua, en donde la usuaria de Instagram Kenya Bojorquez se encargó de fotografiar el memorable espectáculo:
Por otro lado, Zacatecas y Jalisco dejaron impactantes postales como las siguientes:
De acuerdo con la UNAM, las tormentas solares, al igual que las auroras boreales, son fenómenos naturales que se producen con cierta regularidad. Sin embargo, su ocurrencia y severidad son difíciles de predecir, similar a los sismos. El monitoreo constante del sol, el medio interplanetario, la ionosfera y el campo magnético terrestre es esencial para estudiar estos fenómenos científicamente y prepararse para sus efectos.
Y es que, pese al bello espectáculo que dejan en el cielo, las tormentas también pueden causar interrupciones en las comunicaciones, la red eléctrica, la navegación y las operaciones de radio y satélite, ya que alteran el campo magnético de la tierra.
Tan solo en las últimas 48 horas, se registraron cinco tormentas solares adicionales, por lo cual la UNAM enfatizó en la importancia de mantener un monitoreo constante de las auroras boreales para seguir conociendo sus efectos.
Cabe mencionar que los últimos registros de auroras boreales en México databan de 1859, luego de que durante la tormenta geomagnética de Carrington, se observaran rastros de auroras rojas de baja latitud en estados como Chihuahua, Coahuila, Hidalgo, Jalisco e incluso Guanajuato y Ciudad de México.
