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Past Lives, el amor puede o no perdurar

La cinta de la directora Celine Song retrata el amor de una manera diferente.

Esta temporada de premios trajo consigo cintas que en otra época del año pasarían desapercibidas o no llegarían a nuestro país, como a veces sucede con las películas que no cuentan con una gran distribución, pues suelen llegar a las salas de cine con una difusión limitada y con mucho tiempo de retraso desde su estreno.

La cineasta coreano-canadiense Celine Song muestra su ópera prima llamada Past Lives, la cual fue estrenada en el festival de Sundance en el 2023 y llega a las salas este año.

En Past Live se retrata la vida de dos personas que se conocen desde que eran jóvenes. La protagonista llamada Nora, termina migrando a Canadá con su familia y pierde contacto con Hae Sung, hasta que años después vuelven a reencontrarse.

“In-yun”: la concepción del amor coreana

Uno de los elementos con los que la película aborda la relación de los protagonistas, es la disrupción a los conceptos del amor romántico por un lado. Por el otro, la relación con la conexión profunda que inclusive va más allá de la vida.

En la película, uno de los conceptos del amor está llevado por el significado de la palabra coreana “In-yun”, la cual viene de un proverbio coreano que habla sobre el destino.

In-yun significa esos momentos en los que dos personas están destinadas a encontrarse durante la vida, e inclusive, después de esta vida, se hallarían para estar juntas.

Este concepto, si bien es aplicado más hacia lo romántico, también está implicado con las personas que están en nuestra vida, creando esos momentos de unión y destino.

Una de las concepciones a entender en la cultura coreana, es que las conexiones especiales no son solo cosas de la vida, sino que tienen raíces profundas que van más allá de la vida presente, pues la creencia de las vidas pasadas consiste en un pilar en la cosmogonía coreana.

Algo con lo que la cineasta irrumpe es que si bien, podemos estar compuestos de esos In-yun con las personas, para Hae Sung y Nora no existe la conexión cósmica en esta vida, por lo que centra al espectador a ver una historia de amor que puede ser más real.

Ni de aquí ni de allá

Otro de los elementos que la autora plasma y con el que abre una puerta al debate es el tema de la migración, ya que la protagonista tiene que mudarse de país por causa del trabajo de sus padres.

Vemos, cómo el primer cambio llega desde el nombre que adopta, ya que antes de ser Nora era Nae Young, el cual decide cambiar para “adecuarse” más a donde llega.

La migración afecta todos los ámbitos de la persona, en especial la identidad, ya que siendo originarios de un lugar nos identificamos con él. En el caso de Nora, mientras va creciendo va perdiendo la identidad cultural con la que nació.

A menudo, las personas que migran terminan sintiéndose con un hueco, ya que para los demás pueden verse como “el otro” que se adapta una cultura nueva. Para sus compatriotas, ya no es visto como parte de esa misma cultura, pues se ha fusionado y asimilado entre ambas culturas.

Nora siempre se sintió como una extraña inclusive en su propio país, a diferencia de Hae Sung, quien es inclusive demasiado “coreano” para Nora.

Al final la autora nos trae una historia para que, aún saliendo de verla, te deja pensando sobre la identidad, la profundidad del ser y el significado del amor.

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Mar

Escritora, redactora. Egresada de la carrera de Lengua y Literatura Hispánicas, fui parte de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM. La escritura es el camino y la meta, y siempre estoy pensando con palabras.

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