En su mensaje de Navidad, el Papa Francisco dirigió la atención hacia Belén, destacando el significado del nacimiento de Jesús como un anuncio de esperanza y certeza para la humanidad. Resaltó la “gran alegría” que trae consigo la llegada del Salvador.
El líder de la Iglesia Católica abordó el tema de la paz, indicando que decir “sí” al Príncipe de la paz implica rechazar la lógica de la guerra y, por ende, decir “no” a las armas.
Criticó el aumento en la producción y comercio de armas, señalando que la paz no puede florecer cuando los recursos públicos se destinan a la fabricación de instrumentos de muerte. Francisco instó a que se hable y se escriba sobre este tema para revelar los intereses que impulsan las guerras.
En un giro hacia la situación en Palestina e Israel, el Papa expresó su preocupación por la guerra que afecta a esas poblaciones y pidió el cese de las operaciones militares.
Llamó a remediar la desesperada situación humanitaria permitiendo la llegada de ayuda y abogó por una solución a la cuestión palestina mediante un diálogo sostenido por la comunidad internacional.
El mensaje se amplió para incluir otras zonas conflictivas del mundo, como Siria, Yemen, Ucrania, Armenia, Azerbaiyán y regiones africanas, pidiendo la paz y estabilidad en medio de las tensiones.
El Papa también abordó desafíos sociales y políticos en América, instando a encontrar soluciones que superen las divisiones y luchando contra la pobreza y las desigualdades.
Finalmente, Francisco recordó la importancia de ser la voz de los que no tienen voz, destacando las injusticias que enfrentan los más vulnerables.
