Se puede considerar como una de las películas más importantes en la historia. Su relevancia tiene mucho que ver con su avance tecnológico, pues fue la primera cinta sonora de la historia. Es The Jazz Singer, de 1927.
Basada en una obra de teatro de 1925, El cantante de jazz es la incursión en el cine de audio y video sincronizado.
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La obra es de la autoría de Samson Raphaelson, mientras que la versión fílmica fue dirigida por Alan Crosland.
Fue con dicha producción fue que inició el fin para la etapa conocida como “cine mudo”. The Jazz Singer utilizó algunas secuencias con la sincronización de imágenes con música y diálogos grabados. Por primera vez en varios años, la audiencia pudo escuchar hablar a sus actores.
El cambio al cine sonoro significó una dramática evolución, pues el medio se apoyaba mucho en la mímica de los histriones con algunos rótulos que ayudaban a comprender determinadas situaciones. Las películas eran ambientadas con música de pianola que, la mayoría de las veces, poco tenía que ver con la narración visual.
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El cambio en la industria implicó que varias de sus estrellas pasaran de moda y que surgieran nuevas figuras. La técnica se homologó un tanto con la teatral y las historias llegaban a ser similares. Tanto, que se comenzaron a adaptar las obras de teatro para cine. Como en el caso de The Jazz Singer.
La película tiene propósito implícito, pues es acerca de un joven judío que se rehúsa a continuar con las tradiciones familiares y desea hacer una carrera en el género del jazz.
El jazz era considerado en ese tiempo, por mucha gente, para iletrados y gente sin educación. No existía la conceptualización refinada que existe hoy en día. Mucho tenía que ver que, primordialmente, el jazz y el blues eran corrientes creadas en los campos de algodón, por los esclavos, y que utilizaban la música como un medio de entretenimiento y de expresión.
El género fue tomando fuerza y llegó a los centros de diversión; las audiencias de blancos solicitaban que se incluyeran los actos de jazz –o proto jazz- de una manera o de otra. Fue así que comenzaron a surgir las grandes orquestas y continuó la evolución.
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Una de las primeras grandes figuras del cine fue Al Jolson, beneficiado en gran medida por la inclusión del sonido, pues era reconocido como cantante.
Jolson es el actor principal en El cantante de jazz, Jakie Rabinowitz, quien quiere emprender una carrera en la música, pero sus tradiciones como judío se lo prohíben, así como su propia familia. Rabinowitz se va de casa y logra triunfar, convirtiéndose en un popular cantante e incluso toma el nombre profesional de Jack Robin. Como Robin, el cantante se presenta ante la audiencia cubierto con pintura en la cara para hacerse pasar por afroamericano, una práctica muy común en el entretenimiento de ese tiempo.
The Jazz Singer tuvo un famoso remake en 1980, bajo el mismo nombre, pero en versión actualizada. Se le conoció en México y otros países de habla hispana como “Nace una estrella” (no confundir con la película de mismo nombre de 1937 y que ha tenido varias versiones, como la de Judy Garland, Barbra Streisand o la de Lady Gaga).
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El remake –o nueva versión- de The Jazz Singer de 1980, presentó al famoso cantante norteamericano Neil Diamond y a la leyenda del cine, Sir Laurence Olivier. En esa ocasión, Yussel Rabinovitch (Diamond) es un aspirante a cantante de rock, a lo cual se opone su padre, Cantor Rabinovitch (Olivier). Por cierto, Diamond creó uno de los mejores discos de su carrera como banda sonora de la cinta.
The Jazz Singer ha contado con otras versiones, como la de 1952 o la de 1959. También ha sido parodiado en capítulos completos de The Simpsons y otras series.
Se cumplen 95 años del estreno de El cantante de jazz y de la llegada del cine sonoro.
