En sus inicios, los integrantes de The Fantastic Four se enfrentaron a un mundo nuevo donde surgían por doquier seres de extraordinarios poderes, ya fuera del espacio o de las profundidades de la Tierra. Sin embargo, también debieron superar otro tipo de conflictos menos cósmicos, como el día que The Fantastic Four van a la quiebra.
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Stan Lee, cabeza de la naciente Marvel Comics (que evolucionaba de sus días como Atlas), experimentaba con otro tipo de temáticas; hacía a sus personajes de historieta más empáticos y menos acartonados, con personalidades características que los definían más allá de sus diseños visuales. Para llegar a ese fin, debía tratar temas más cercanos a los lectores.
Entre las trazas que salían a relucir, eran los problemas económicos y que sería un tópico predominante en el comic de Spider-Man (que aún no era estrenado, aunque el arácnido ya había hecho su primera aparición en Amazing Fantasy #15).
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Lee, como editor y escritor, ponía a los Fantastic Four más a nivel de piso y como gente normal; por ejemplo, no usaban máscaras ni tenían identidades secretas, algo obligado en el comic de superhéroes. A la vez, eran celebridades y respetados por la gente.
En la novena edición de Fantastic Four, vemos cómo el cuarteto va a la quiebra y pierde todas sus posesiones. El planteamiento es un poco inverosímil y señal de que Lee y Kirby aún concretaban el concepto moderno del superhéroe, por lo que no era extraño ver ciertas incongruencias.
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En los primeros meses, como hemos anotado antes, los protagonistas del comic se iban definiendo, tanto en imagen como en personalidad. Tanto Kirby como Lee buscaban una visión definitiva. Te presento información al respecto. Te presento una nota con el inicio de Fantastic Four:
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Fantastic Four #9 tiene el regreso de Namor, the Sub-Mariner, quien aprovecha la situación pecuniaria del cuarteto y busca ganar el afecto de Sue, aunque a la mala. Los héroes son obligados a abandonar su casa y cuartel. Convenientemente, reciben una oferta para filmar una película, lo que los ayudará a salir de problemas. Reed y compañía atraviesan los Estados Unidos, de New York a California, para la filmación.
En el lugar, descubren que el productor es Namor. El monarca de Atlantis, lo que busca, es llevar a Reed, Johnny y Ben a filmar en una isla desconocida para abandonarlos a su suerte con todo tipo de amenazas con el fin de que mueran, mientras que él se dedica a conquistar a Sue.
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Este argumento, donde el villano engaña al héroe por medio de una filmación, fue utilizado nuevamente por Stan Lee en Amazing Spider-Man #14, número debut de Green Goblin y con Hulk como invitado.
Como dato curioso, en Fantastic Four #9 aparece un monstruo cíclope, habitante de la isla y que busca destruir a los Tres Fantásticos. El concepto de este ser mitológico sería retomado por Lee y Kirby para el líder de The X-Men, Scott Summers, alias Cyclops.
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Eventualmente, Namor revela su plan a Sue, y pese a sentirse atraída por él, decide enfrentarlo para ayudar a sus amigos.
Otro desarrollo interesante es que, se cree que Sue suele ser utilizada como el eslabón débil del equipo, debido a los tiempos y al papel de la mujer; no obstante, es ella quien los salva reiteradamente, como en el caso de los Skrulls (Fantastic Four #2) y de Doctor Doom (Fantastic Four #5). En esta ocasión, The Invisible Girl demuestra su ingenio y fuerza al pelear contra Namor (dos números más tarde, en el mismo comic se aborda el tema de la supuesta debilidad de Sue).
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En Fantastic Four #9, es también The Invisible Girl quien hace entrar en razón a los demás y evitar una nueva pelea. Posteriormente, obliga a Namor a cumplir con el contrato y pagarles lo prometido, ya que ellos cumplieron con su parte.
Namor y Doctor Doom fueron dos de los antagonistas más recurrentes en la primera etapa del título. Con el tiempo, The Sub-Mariner sería redimido y convertido en Avenger, manteniendo su personalidad autoritaria y arrogante.
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Algunos elementos aún pueden apreciarse en esta edición, mismo que se fueron desvaneciendo; entre ellos, las constantes transformaciones de The Thing en Ben Grimm y viceversa (por lo general, en el peor de los momentos). Otro de ellos, es el uso del “Fantastic Flare”, una pistola que dispara una bengala al cielo con el número 4 y que indica a los demás compañeros que deben reunirse en el punto de origen, pues ocurre una emergencia.
Los Cuatro Fantásticos que vemos en este número continúan en una curva de aprendizaje y sus interrelaciones van tomando forma. La relación de Johnny y Ben se suaviza, no en sus bromas, pues siguen siendo pesadas, sino en la respuesta de la víctima. En los primeros meses, era común que alguno de los dos renunciara al equipo.
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El temperamento de Reed es más volátil en sus primeras apariciones y suele reaccionar agresivamente a las provocaciones de Ben. Sue, por su parte, en ocasiones dice temer a The Thing.
Stan Lee, con la creación de Alicia Masters (siendo en este número su segunda aparición), disuelve el propuesto triángulo amoroso entre Reed, Sue y Ben, creando uno nuevo con Namor. En esta ocasión, el narrador presenta a Alicia como amiga de Grimm y la relación va creciendo fuera de cuadro.
La relación misma entre Sue y Reed se va definiendo; en las primeras ocasiones se comportan un tanto indiferentes entre sí, aunque sí hay menciones de una interacción romántica. Para el número 9, Sue se siente más atraída hacia Namor que hacia Reed. Un par de años más tarde, Sue y Reed ya eran conocidos como la pareja definitiva de Marvel.
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En Fantastic Four #9 se hace la primera mención del cuartel de los héroes por nombre, edificio Baxter (por medio de una marquesina en el quinto panel de la página tres). En el primer número, se habla de una guarida secreta para el cuarteto (y los vemos en ropa de civil) y es en el tercero donde se establece que tiene un cuartel formal (continúa siendo secreto), mas no se le da nombre.
Por conveniencia de la historia, en esta ocasión se manifiesta que el lugar de operaciones de los héroes es un lugar establecido y conocido por el público.
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En el aspecto técnico, este es primer comic de los Fantastic Four en el que aparecen créditos formales, no solo para el escritor y el dibujante (que, previo a ello, podían incluir sus nombres discretamente en alguna parte del comic), sino también para el entintador (Dick Ayers) y letrista (Artie Simek). Por alguna razón, el colorista permanecía en el anonimato; en este caso, se trataba de Stan Goldberg, quien fue uno de las piezas fundamentales de Marvel.
Fantastic Four #9 cumple 60 años de haber sido publicado, el 4 de septiembre de 1962.
