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Espectáculos

EN MIS TIEMPOS, LA MÚSICA ERA MÁS BONITA…

 

“En mis tiempos, la música era más bonita…” ¿Quién de nosotros no ha escuchado esta expresión? Es más, hasta es probable que nosotros mismos la hayamos dicho en algún momento. O, “esas no son de mis tiempos”. Y puede que tengamos razón, parcialmente.

Es cierto, cada uno de nosotros nos enamoramos de algún tipo de música, de algún grupo o solista, de algún género y de alguna temporalidad. Esto suele ocurrir en nuestros años de juventud. Y se vale. Cada uno de nosotros tenemos una zona de confort musical, aquella a la que recurrimos cuando pasamos por momentos determinados. Cuando estamos tristes, programamos algo en nuestras playlists de Spotify, Apple Music o alguna otra plataforma. O bien, cargamos nuestras memorias usb con música hasta reventar, como si nos fuéramos de viaje unos seis meses. A final de cuentas, la música nos da un sentido de pertenencia y se vuelve “nuestra”, sin importar que se trate de un fulano que venda 20 millones de copias.

Pero si analizamos contenidos de canciones o incluso composiciones musicales, nos daremos cuenta que este siempre ha sido el caso: siempre ha existido música “ligera”. Por ejemplo, por allá por 1960, ya teníamos el exitazo de La Sonora Santanera, “La Boa” y no diremos que es una canción muy profunda o con mucho significado. Más, por otro lado, esa misma orquesta nos consentía con “Perfume de Gardenias”. En nuestros tiempos, sigue existiendo música para distraer y música para enviar algún mensaje.

También tiene que ver nuestra apertura de criterio. Si estamos dispuestos, siempre tendremos la posibilidad de encontrar una interminable gama de nueva música. Y es igual a la inversa. La gente joven que descubrió ya su nicho musical, también tiene la posibilidad de conocer la base sobre cual lo nuevo está fundado. Porque por cada Deadmau5, hay un Kraftwerk que merece se redescubierto por las nuevas generaciones. Es como toparnos con una pirámide debajo de una construcción colonial. Ambas son dignas de apreciación. Mientras que podemos mantener nuestros gustos definidos, nuestros favoritos, también se puede seguir buscando opciones. Después de todo, la manera en la que vemos la música también tiene que ver con la manera en que vemos el mundo; es decir, la forma en que estamos a aceptar los cambios.

Siempre habrá buena y mala música, la ventaja es que el tiempo se encarga de destilar mucha de ella; por desgracia, también hay joyas que se pierden y que debemos rescatar. ¿Cuántos jóvenes escuchan ahora a Scott Joplin? ¿Cuántos conocen a Louis Armstrong? ¿A Frank Sinatra? A estas alturas, músicos como Elvis Presley, The Ramones y, Pink Floyd son más famosos por su iconografía que por su música.

La expresión de “La música de mis Tiempos”, ¿Qué significa realmente? Nuestros tiempos pueden ir desde que escuchábamos los discos de nuestros padres y que se convirtieron en nuestros primeros recuerdos, hasta lo que se ha dado a conocer este día.

Tenemos dos opciones: quedarnos con lo que nos gusta (lo cual es muy válido) o bien, tener lo que nos gusta y seguir descubriendo. Tú, ¿Con cuál te quedas?

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Iñigo Pérez

25 años en medios de comunicación, seguidor del comic (desde antes de que fueran "cool"), de la música, del cine y de las series. El arte se expresa de muchas formas... solo tienes que plasmar el tuyo.

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