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Espectáculos

Plastic Beach de Gorillaz a 10 años.

Uno de los experimentos más llamativos en la música es el de Gorillaz. Si bien las bandas virtuales han existido desde hace mucho, el dueto audiovisual se lleva el reconocimiento por su originalidad.

Gorillaz es fruto de dos mentes: el músico de Blur, Damon Albarn, virtuoso hiperactivo que presenta proyecto tras otro y del ilustrador Jamie Hewlett, quien también se sale de lo convencional en su campo. El británico es cocreador del personaje de comic de culto, Tank Girl (que tuvo una versión de cine en 1995 y se prepara un nuevo lanzamiento).

Gorillaz, el grupo que no existe, está formado por cuatro caricaturas: el vocalista y tecladista 2D (el nombre hace referencia a “dos dimensiones”, o sea, un dibujo), el bajista Murdoc (con enormes problemas de adaptación social), la guitarrista Noodle (que quiere decir “fideo”) y el baterista Russell.

Su primera producción llegó en el 2001 y tuvo un excelente recibimiento. El tercer disco del grupo salió a la venta el 3 de marzo de 2010, alcanzando ya los 10 años de vida. Su sabor urbano, medido y comprimido, le permite aún escucharse actual.

Como es costumbre, Gorillaz se acompaña y enriquece con buenas colaboraciones, como la de Snoop Dogg en “Welcome to the World of the Plastic Beach”, De La Soul and Gruff Rhys en “Superfast Jellyfish”, Mick Jones & Paul Simonon (de The Clash) en “Plastic Beach” y hasta el ex de Velvet Underground, el desaparecido Lou Reed en “Some Kind of Nature”.

Todo el disco es una sucesión de sonidos que a veces cuesta trabajo digerir. Lo acústico colisiona con lo digital y rara vez se mezclan. Las influencias de otras culturas están presentes más no conviven con el predominante hip hop. Plastic Beach, como lo indica su título, es un “paraíso plástico” –de buena calidad-, ecléctico, irreverente y propositivo. En algunos momentos nos recuerda las grabaciones de Missy Elliott e, inevitablemente, cuando entra la voz de Damon Albarn, a Blur.

El disco comienza con acordes de violines reminiscentes de Verdi y su Traviata (los pasajes clásicos regresan en distintos momentos). Al parecer, sólo es para despistar pues transcurrido el minuto, inicia una caja de ritmos que nos revela poco a poco, con el transcurrir de sus compases, de qué está hecho verdaderamente el disco.

Si te gusta la aventura musical, Plastic Beach es una buena apuesta, tanto como lo fue hace 10 años.

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Iñigo Pérez

25 años en medios de comunicación, seguidor del comic (desde antes de que fueran "cool"), de la música, del cine y de las series. El arte se expresa de muchas formas... solo tienes que plasmar el tuyo.

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