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La vida secreta de Walter Mitty, dirigida por Ben Stiller

No hay vida pequeña. No hay vida no importante. Todas trascienden en su momento y a su modo. Como en el caso de… La vida secreta de Walter Mitty.

“Sal. Es tiempo de ir hacia afuera. Es tiempo de salir de ti”. Así lo dice José González en el tema “Step Out”, que es parte de la banda sonora del filme de 2013, dirigido y estelarizado por Ben Stiller. La canción expone en esas pocas palabras la esencia de la cinta.

(La vida secreta de Walter Mitty)

En la producción, también participan Krysten Wiig, Shirley MacLaine, Adam Scott, Kathryn Hahn, Patton Oswalt y Sean Penn, entre otros. Como dato, MacLaine apareció cinco veces en la portada de la revista Life.

Tal vez el nombre de la película no nos diga mucho. Y tal vez sea parte de la intención. Sin embargo, en Estados Unidos tiene cierto arraigo. The Secret Life of Walter Mitty, es un cuento corto de la autoría de James Thuber y que fue publicado por vez primera, el 18 de marzo de 1939 en la revista The New Yorker.

En 1947, se hizo una adaptación al cine del cuento, con Danny Kaye como Walter. Y fue hasta 2013 que se realizó una nueva versión, que es nuestro tema de hoy.

Ninguna de las dos películas sigue el relato al pie de la letra, aunque sí respetan su columna vertebral.

Walter Mitty es un hombre ordinario que suele perderse en su vívida imaginación. Esta lo saca de su realidad y lo lleva a hacer cosas que normalmente no se atrevería. De esta manera evade su realidad; sin embargo, también le provoca problemas.

El filme de 2013, en sí, es parcialmente verdadero y parcialmente falso, proponiendo un “meta mensaje”, que es algo así como un mensaje ambivalente dentro de una obra, dirigida específicamente al espectador y que tiene un significado distinto para los personajes de la narración.

El punto anterior es mencionado porque la producción habla acerca del cierre de la revista Life, publicación mítica de Estados Unidos, famosa por sus impactantes y hermosas fotografías y que fue toda una institución. La manera en que vemos el suceso, no tiene nada que ver con los hechos reales.

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Walter Mitty (Stiller), es el encargado del archivo de negativos de la revista Life. Walter es un hombre modesto y ordinario (nada de malo con ello) y quien ha dedicado 16 años de su vida a la misma labor.

Mitty y Hernando (Adrián Martínez), su colega de archivo, descubren que la Life ha sido vendida a un corporativo y que dejará de ser impresa, existiendo solo la versión digital. Esto implica el despido de muchos trabajadores y el final de toda una época.

El movimiento administrativo es menos terso debido al ejecutivo, Ted Hendricks (Scott), director general de transición, quien es, básicamente… un cretino.

El fotógrafo estrella de Life, extravagante y nómada, Sean O’Connell (Penn), envía a Walter su última camada de negativos. Entre ellos, la fotografía número 25 del rollo, que es la destinada a la portada final de la edición impresa. Según O’Connell, la imagen es “la quintaesencia de la vida (Life)”.

El único problema es que la fotografía 25 es la única imagen que no se encuentra en el rollo enviado por O’Connell. Walter decide encontrar a O’Connell para averiguar el paradero de la imagen. Un inconveniente es que Sean podría estar en cualquier parte del mundo e incomunicado. Además, ni Walter o ningún otro trabajador de Life han tenido contacto directo con O’Connell.

El planteamiento arriba descrito es suficiente para crear una extraordinaria película que es dirigida (y coproducida) por el propio Stiller. De hecho, es la sexta dirección de su carrera. Stiller ha dirigido otras como Reality Bites (1994), The Cable Guy (1996), Zoolander (2001) y Tropic Thunder (2008), lo que demuestra sus buenas capacidades en el cargo.

The Secret Life of Walter Mitty, podría ser una de las mejores películas de Ben Stiller en cuanto a dirección, pues no solo logra una historia entretenida y con mensaje, también lo consigue de una manera totalmente artística.

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Stiller, al hablar de los temas de la vida (Life), de la fotografía y de la imaginación, los mezcla para que interactúen de una manera estética y conceptual. Por ejemplo, los títulos y frases se funden en la imagen y se vuelven una iconografía similar a los pensamientos profundos.

La música también funge un importante papel, el director está consciente de que el medio es una experiencia multisensorial. El tema de David Bowie, “Space Oddity”, es parte integral del argumento. En ningún momento le llaman por su nombre oficial, sino “Major Tom”, según la historia del protagonista de la canción (y la comparación con Mitty). Este hecho es a propósito, pues mucha gente desconoce el nombre verdadero del tema.

Otro buen tema, es “Dirty Paws”, de la autoría del grupo islandés de rock indie, Of Monsters and Men. Islandia también tiene relevancia en la película.

La narrativa del filme se logra, en muchos momentos, con cámaras fijas y tomas abiertas. Lo estático de la herramienta cumple el propósito de permitir que la imagen funcione como si se tratara de una fotografía en movimiento, que es casi la definición del cine en el diccionario. La composición y la fotografía (de la película), son tan variadas como hermosas; nuestro filme es, después de todo, parte de los retratos de vida de Walter.

La vida secreta de Walter Mitty es un filme conceptual, gracioso y con mucho de verdad… el propósito de la vida, es el que nosotros le demos. La producción se estrenó el 25 de diciembre de 2013 y cumple 10 años en 2023.

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Antes de despedirme, te ofrezco la liga con la nota de otra buena película de Ben Stiller (y no tan conocida), Mystery Men, basada en el comic de Dark Horse:

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Iñigo Pérez

25 años en medios de comunicación, seguidor del comic (desde antes de que fueran "cool"), de la música, del cine y de las series. El arte se expresa de muchas formas... solo tienes que plasmar el tuyo.

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