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Música

Roger Waters y cómo la humanidad se divirtió hasta morir.

A Roger Waters le gustan los cuentos. Le gusta más contarlos. Y aún más, le gusta contarlos con música. La narrativa a manera de historia fue un elemento que se llevó consigo después de salir de Pink Floyd. Y lo llevó a una fantástica producción musical… Roger Waters y cómo la humanidad se divirtió hasta morir.

(Portada de la edición remasterizada de 2015)

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Amused to Death es un álbum conceptual de rock progresivo, lanzado el 7 de septiembre de 1992, un día después del cumpleaños de Waters, en un formato novedoso de audio, una especie de sonido envolvente que requería ser escuchado de frente y centrado a las bocinas. A este se le conoció como Sonido Q y no prosperó más allá de algunos materiales, tales como el Immaculate Collection de Madonna. La tecnología es similar a la que se aplica actualmente en salas de cine y sistemas caseros.

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Roger Waters es implacable con sus análisis de la sociedad, de los gobiernos y del propio ser. Es una característica que desarrolló en Pink Floyd y con discos conceptuales como Animals (1977), The Dark Side of The Moon (1973), The Final Cut (1983) y The Wall (1979).

De manera solista, Waters produjo varios buenos materiales, tales como The Pros and Cons of Hitch Hicking (1984), un disco en el que se acompaña por Eric Clapton y Michael Kamen para contar los sueños de un hombre a lo largo de una noche y de cómo la neurosis del día a día lo persigue al inconsciente.

Le siguió Radio K.A.O.S. (1987), la historia de un presentador de radio que recibe la llamada de Billy, un hombre prodigioso con parálisis cerebral que aprende a comunicarse a través de las ondas de radio y que ha decidido acabar con la humanidad por medio de un ataque nuclear. Pese a los intentos del locutor por persuadir a Billy, el ataque se lleva a cabo, provocando un apocalipsis.

(Portada original de 1992)

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El desenlace bien podría transportarnos a Amused to Death, tercera producción de Waters como solista, y en la que nos cuenta de manera cruda cómo la humanidad se vuelve indolente ante sí misma y, casi literalmente, se pierde en la diversión hasta destruirse.

Una civilización alienígena llega en el futuro para descubrir los inertes vestigios y para tratar de comprender cómo una sociedad pudo llegar a tal punto.

El cantante, compositor y bajista, es brutal en su revisión y nadie sale bien librado. La confrontación con sus palabras puede resultar ríspida y en más de una ocasión le han ocasionado problemas. Tal es su manera de expresar los mensajes.

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Amused to Death sigue una estructura musical similar, tanto a los discos de Floyd como a los propios. Esto no significa que se trate de una copia, sino de una efectiva fórmula de narración y es un estilo en sí mismo.

Como los hizo con Clapton, en este disco se acompaña de uno de los grandes guitarristas del rock, el continuamente menospreciado Jeff Beck, cuyas melodías se hacen presentes a lo largo de la extensa producción de casi 73 minutos de duración y que, extrañamente, no se lanzó como álbum doble.

Waters recurre de nuevo a Michael Kamen y, por vez primera, a las vocales de Rita Coolidge para el track que da nombre al disco. Otros nombres populares son los de Don Henley, de The Eagles, en “Watching TV”; Jeff Porcaro, baterista de Toto, puede ser escuchado en “It’s a Miracle” o Andy Fairweather Low, en guitarras y coros durante casi toda la producción.

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Como es costumbre, la placa toca los temas de guerra y la destrucción que deja a su paso, de la deshumanización de los gobiernos que envían a los soldados a morir por causas que muchas veces tienen motivos ocultos y, casi en la totalidad de los casos, pecuniarios.

De manera ingeniosa, Waters -en “Perfect Sense Part II”- relata una batalla entre submarinos como si se tratara de un partido de básquetbol. Para ello recurre al reconocido comentarista de ESPN, Marv Albert quien, por cierto, años más tarde tuvo sus propios problemas mediáticos. El track nos dice que todo tiene lógica cuando se expresa en términos monetarios.

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Otra fórmula utilizada por Waters en su narrativa, es la de presentar varias partes de una misma canción con progresiones musicales y temáticas, en distintos momentos del álbum. Un caso muy conocido es “Another Brick in the Wall”, que cuenta con tres fragmentos a lo largo de The Wall. En Amused to Death, lo escuchamos en la polémica “What God Wants” y sus tres partes. “Lo que Dios quiere”, es una crítica a la religión y de cómo sus ministros manipulan para obtener sus fines.

Los temas religiosos y políticos continúan con “Too Much Rope”, en la cual, el mensaje se resume en que si le das al hombre demasiada libertad, encontrará la manera para destruirse a sí mismo.

Los líderes encargados de declarar las guerras son motivo de escrutinio en “The Bravery of Being Out of Range” que, literalmente habla de “la valentía que se tiene al estar fuera del rango de riesgo”.

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“Watching TV” narra cómo la sociedad se vuelve indolente al sentarse frente a un aparato de televisión, otro de los temas recurrentes del disco. Durante el mismo, un mono se encuentra observando programas y reaccionando intempestivamente. “Viendo TV”, habla acerca de una activista asiática que es brutalmente asesinada. Al ser transmitido por televisión, el hecho se convierte en mera diversión.

Ironía y sarcasmo predominan en el material, así como las historias. Amused to Death cierra de manera magistral…

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“Doctor, doctor, ¿qué está mal conmigo? Esta vida de supermercado se vuelve muy larga”.

“Entonces, los extraterrestres antropólogos admitieron continuar perplejos. Pero al eliminar cualquiera otra razón de nuestro triste destino, registraron la única explicación restante… Esta especie se ha divertido hasta morir…”.

Amused to Death cumple 30 años en 2022.

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Iñigo Pérez

25 años en medios de comunicación, seguidor del comic (desde antes de que fueran "cool"), de la música, del cine y de las series. El arte se expresa de muchas formas... solo tienes que plasmar el tuyo.

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