Una nueva investigación cuestiona el cómo identificar a los niños superdotados. La pregunta ahora es diferente, ya que el debate sobre los niños “prodigio” era más sobre su estado de ánimo y si ser “genios” los hacía felices y, sobre qué pasa con los niños que se siente normales y qué tanto daña esto su autoestima.
Según las cifras del Study of Mathematically Precocious Youth, un programa estadunidense que reunió a 5 mil menores durante 25 años y siguió el progreso de su vida, revelaron que los niños prodigio tienen una importante ventaja sobre los demás compañeros.
El estudio reveló que de los niños con puntajes elevados en pruebas de matemáticas y lenguaje, el 30% consiguió un doctorado, título médico o en derecho, 30 veces superior al promedio. Los niños que obtuvieron ese resultado, eran más inclinados a tener ingresos altos y convertirse en empresario o emprendedores. Los participantes que se saltaron un grado tenían un 60% de probabilidades de presentar patentes, que son un indicador del éxito.
Se tiene la idea de que los niños prodigio tienden a sufrir de soledad, convertirse en reclusos sociales o niños sobreentrenados, pero en un estudio realizado en la Universidad de Edimburgo, demostraron que tener un coeficiente intelectual alto, significa una mejor salud física y mental en la edad adulta.
Está comprobado que las pruebas realizadas a temprana edad no reflejan con precisión el éxito de los niños en un futuro. Existe una clasificación para los niños cuyo desarrollo de aprendizaje es más lento, los llaman “late bloomers”, los hacen creer que no cuentan con capacidades necesarias para su impulso, lo cual es mentira.
El IQ no es la clave del éxito, la psicóloga Angela Duckworth sugiere la persistencia y la determinación, a lo que ella lama “agallas”, y dice que está al mismo nivel que la inteligencia natural y con ambas se puede llegar a obtener el éxito en la vida.
Sin embargo la problemática más grande para encontrar a los niños genio en EUA es la desigualdad; un estudio de la Universidad de Stanford publicó un artículo donde lamentaban los “Einstein perdidos” del sistema educativo de Estados Unidos. Encontraron que alumnos con calificaciones altas podían llegar a realizar una patente en un futuro, pero que “tener padres ricos” generaba una desproporción a las oportunidades que podrían obtener.
Para lograr ese resultado, a pesar de la desigualdad o la errónea clasificación sobre las habilidades de un niño, se tiene que trabajar en equipo, los padres y los maestros tienen que impulsar a los niños y motivarlos para que puedan desarrollar sus habilidades para que en un futuro puedan alcanzar el éxito junto con la felicidad y una buena calidad de vida.
